La retirada del Estatuto de Castilla-La Mancha ha sido acogida con satisfacción y optimismo en la Región, ya que supone la continuidad del trasvase Tajo-Segura y una tregua, al menos temporal, en la guerra del agua.

El consejero de Agricultura y Agua, Antonio Cerdá, responsabiliza a Zapatero de "alimentar el enfrentamiento entre territorios por un bien común, el agua, que debe ser gestionado desde el Estado". Cerdá reclama un gran pacto del agua y resalta que "seguirá luchando" para el mantenimiento de la agricultura murciana que "es la más productiva, la más rentable y la menos subvencionada".

El presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, José Manuel Claver, destaca que la retirada "es algo deseado por los regantes, porque pone fin a un ataque frontal hacia el acueducto". Sin embargo, Claver advierte de que la intención del presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, "es el cierre del trasvase aún con el Estatuto retirado, por lo que habrá que estar atento a lo que ocurra en el futuro".

El portavoz del PP en la Asamblea regional, Juan Carlos Ruiz, atribuye la retirada del Estatuto a la posición que ha forzado su partido a nivel nacional y que, a su juicio, ha impedido el cierre del Trasvase.

El coordinador regional de IU, José Antonio Pujante, lo califica de "paso positivo" para los intereses de Murcia.

Y el presidente de Proexport, Juan Marín, califica de" justa" la decisión.