El déficit hidrológico que padece la Región sólo se solucionará con la intervención de la Unión Europea. Esta es una de las conclusiones del foro 'La deriva democrática' que ayer dio a conocer la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Murcia, que ha abordado a lo largo de este año el estudio en profundidad de temas relacionados con el agua, la educación, las instituciones democráticas, el ecologismo y el poder de la información. Según José Egea, director de la Sociedad, la guerra que las comunidades autónomas libran por el agua sólo podrá ser frenada por Europa "a través de directivas que abran la puerta de los trasvases a Murcia".

Egea señaló que en la Región se pasó "de la esperanza a la frustración" a la hora de conseguir un "equilibrio hidrológico duradero", que fue echado por tierra con la ley de 2005 que modificó el Plan Hidrológico Nacional y eliminó el trasvase del Ebro. Así, el foro considera que "el localismo hidrológico coloca a la Región en una posición de alto riesgo y desasosiego en lo que respecta al desarrollo sostenible".

Para Juan Cánovas, responsable de esta ponencia, "la Constitución es clara y, sin embargo, se ha profundizado en el localismo hidrológico", a lo que añadió que la planificación derogada "ha sido sustituida por una iniciativa que roza la inconstitucionalidad".

En su opinión, si la Región sigue por este camino, el problema de Murcia "será el estado de excepción hidrológica". "El poder público prefiere tener una Comunidad así y esquilmar los recursos ecológicos a solucionar con las leyes y la Constitución la redistribución de agua", criticó Cánovas, quien señaló que "para regar hay que llevar agua de donde sobra a donde falta. Este principio de la agronomía es el que se quiere pasar por alto", comentó.