El pacto social contra la crisis que negocian la CROEM y los sindicatos está tropezando con la resistencia de la patronal a la reordenación de los convenios colectivos y a las recetas contra la economía sumergida que proponen UGT y CC OO. En el encuentro celebrado el 17 de noviembre ambas partes se dieron un plazo mínimo de veinte días para alcanzar un acuerdo que sería trasladado después al Gobierno regional y a las fuerzas políticas, pero las movilizaciones convocadas por los empresarios y por los sindicatos para hoy en Murcia y para mañana en Madrid hacen difícil que llegue a cerrarse el pacto antes de fin de año.

Los secretarios generales de UGT y CC OO en la Región, Antonio Jiménez y Daniel Bueno, acudieron a la reunión con los empresarios celebrada en la sede de la CROEM llevando bajo el brazo sus 42 medidas contra la crisis. Por su parte, los empresarios correspondieron a la iniciativa entregándoles a Jiménez y a Bueno un documento en el que desgranan sus alternativas a cada una de las propuestas sindicales y, en otros casos, ofreciendo una valoración económica del coste que supondría la aplicación de estas medidas.

La patronal murciana se muestra más reacia a las demandas directamente relacionadas con el mercado laboral, como son la reordenación de los convenios colectivos. UGT y CC OO planteaban la necesidad de agrupar la maraña de convenios existente en sectores como la recolección y la manipulación de frutas y hortalizas, así como el establecimiento de una nueva clasificación profesional para establecer categorías más acordes con los puestos de trabajo que tienen ahora las empresas.

Por su parte, la CROEM apunta que en estos sectores la mayor parte de los convenios se configuró hace unos quince años y llega a la conclusión de que "su ámbito de negociación está consolidado" y de que "las relaciones laborales son tan diferentes que resultaría difícil plantearse la unificación". En economía sumergida, los empresarios apuntan que "las empresas asociadas no pueden ocultarse" dado que "están perfectamente identificadas". Sin embargo, Bueno y Jiménez se muestran convencidos de que no todo el monte es orégano y recuerdan que también hay empresas legales que "pagan parte de las nómina en negro o que no declaran todo lo que hacen".