La vicepresidenta económica, Elena Salgado, estima en algo más de 500 millones de euros el impacto que tendrá en la recaudación del Estado para los próximos dos años mantener la deducción de 400 euros en la declaración del IRPF para las bases imponibles menores de 8.000 euros. Salgado explicó en el Congreso que las arcas públicas dejarán de recaudar unos 400 millones en el ejercicio de 2010 y, el resto, repercutirá en 2011. Sin embargo, la anterior deducción, que se reguló de una forma distinta y únicamente podía aplicarse a las rentas del trabajo, costó a las arcas públicas 5.700 millones.

También las comunidades autónomas y los ayuntamientos notarán una "pequeño" impacto debido a este acuerdo alcanzado entre el PSOE, el BNG e IU-ICV para mantener la deducción a las rentas con una base imponible inferior a 8.000 euros anuales, y que tendrá carácter progresivo para las comprendidas entre esa cantidad y 12.000 euros.