Las zonas metropolitanas han perdido parte de su atractivo para muchos habitantes de zonas rurales que buscaban un empleo en municipios de mayor tamaño. Así lo sostiene, María José Soria, responsable técnica del Área de la Mujer de COAG-IR Murcia y de la Asociación de Mujeres Rurales de Murcia 'Agua y Tierra' ( CERES en Murcia). Asegura que la actual crisis económica "puede influir en las familias, retomando actividades laborales vinculadas al entorno rural y agrario que, si bien es un sector duro, difícil y que está constantemente en crisis, 'nos da de comer' y puede suponer la supervivencia de muchas familias".

Respecto a la masculinización reinante en los trabajos relacionados con la agricultura, la representante de COAG-IR recuerda que "se están desarrollando nuevos yacimientos de empleo, en actividades de agroturismo, artesanía, cultura, medioambiente etc..., que amplían las posibilidades laborales de las mujeres en el medio rural. Por otra parte, la creación de servicios adaptados al entorno rural puede ser en sí una fuente de empleo y un recurso más para vivir y trabajar en el medio rural. En este sentido, son de máxima importancia el acceso a las nuevas tecnologías". Recuerda, además, que el Programa de Desarrollo Rural de la Región de Murcia 2007-2013, así como en el Programa de Desarrollo Sostenible 2010-2014, prevén medidas de apoyo al entorno rural que permitan mejorar la calidad de vida de las familias, priorizándose las iniciativas laborales lideradas por mujeres, que "son las que fijan la población y dan vida a nuestros pueblos".

Como ejemplo de municipio rural, Fernando Molina, alcalde de Abanilla, reconoce que el envejecimiento de la población de esta localidad está por encima de la media regional, siendo del 13,5%, pero informa de que la proporción de hombres y mujeres es muy similar (51% y 49% respectivamente). Recuerda que Abanilla fue uno de los pueblos de mayor inmigración entre la década de los 50 y 60, pero actualmente "las mejoras en infraestructuras y la creación de zonas rurales han permitido un incremento lento, pero continuado de la población". Por su parte, José Bolarín, alcalde de Ulea, considera que la población está muy envejecida, pero asegura que "nuestros mayores están muy bien atendidos". Añade que han solucionado el problema de falta de vivienda y han creado puestos de trabajo para evitar que sus jóvenes emigren.