M. J. G. /R. S.

El secretario general del PSRM-PSOE, Pedro Saura, aseguró ayer que "Cajamurcia tendría que ser la que absorbiera a CAM y Bancaja", en respuesta a la sugerencia del Gobierno de la Comunidad Valenciana animando a una posible fusión entre las dos entidades valencianas y a una absorción de la caja murciana. Mientras tanto, el presidente Valcárcel ponía ayer nuevas condiciones a un hipotético acuerdo entre Cajamurcia y CAM, al dejar claro que una fusión no puede producir la pérdida de puestos de trabajo en la Región ni quitar protagonismo a la Obra Social. Valcárcel ya había planteado con anterioridad que al frente de la entidad resultante tendría que estar el presidente de Cajamurcia, Carlos Egea, y que su sede tendría que quedarse en Murcia.

Para Pedro Saura, una eventual fusión CAM-Bancaja supondría que el centro de decisión se alejaría de la Región, al tiempo que pone en duda la viabilidad de esta fusión "porque su concentración de riesgo y su dimensión pondrían en peligro el crédito a empresas y familias. En todo caso, tendría que ser Cajamurcia la que absorbiera a las cajas valencianas, pues es una de las entidades más fuertes y solventes de España".

Pese a los pronunciamientos que se vienen produciendo desde la Generalitat, el presidente Valcárcel aseguraba ayer que no ha mantenido ningún contacto con el Ejecutivo valenciano y reiteró que "hay que dejar que resuelvan los consejos de administración. Que hay acuerdo, estupendo; que no lo hay, pues será porque los consejos de administración de ambas cajas han decidido que no los haya y buscarán otras fórmulas, pero no seré yo quien entre en eso".

Tampoco el director general de CAM, Roberto López Abad -que ayer acompañó al presidente Valcárcel durante su visita a la exposición sobre Alfonso X en San Esteban-, quiso pronunciarse. López Abad se limitó a indicar que las cajas deben ganar tamaño porque "la banca es un negocio que tiene que competir en un marco europeo y mundial, dado que incluso tenemos clientes del exterior". También dejó claro que CAM siempre buscaría acuerdos con otras entidades "mediterráneas", pero no con Caja Madrid, a pesar de las propuestas que ha recibido.

El empresariado alicantino mostró ayer su rotundo rechazo a una hipotética fusión entre CAM y Bancaja por los costes sociales y por la duplicidad de oficinas que originaría, obligando a cerrar sucursales de una entidad con más de 130 años de historia. El propio presidente de Caja Mediterráneo, Modesto Crespo, definía ayer el llamamiento del conseller de Economía como "una opinión suya personal y nada más", que "es libre" de manifestar.