La tasa de mortalidad del Ictus en la Región ha descendido un 42 por ciento en los últimos 15 años, según la consejera de Sanidad y Consumo, María Ángeles Palacios, que informó hoy a la sociedad, con motivo del Día Mundial del Ictus, de la manera de combatir una enfermedad que provoca tres muertes al día en la Comunidad.

Y es que, cada año unas 3.000 personas sufren un ictus en la Región de Murcia, de las que un 25 por ciento fallecen, el 42 por ciento mantienen una buena calidad de vida, y el 33 por ciento tendrán diversas secuelas con diferente grado de dependencia.

Al día son atendidas en la Región Murcia unas 10 personas afectadas por el ictus, lo que representa un afectado cada tres horas aproximadamente; mientras que a lo largo de un año son ingresadas unas 3.000 personas en los hospitales de la Región con diagnóstico de ictus, y se calcula que el coste global la atención sanitaria que reciben estos pacientes representa un 3 ó 4 por ciento del total del gasto sanitario.

Al respecto, Palacios subrayó la importancia de contactar "de manera inmediata con los servicios asistenciales cuando aparecen los primeros síntomas" de la también conocida como 'trombosis cerebral', y poder contrarrestar la que es la primera causa de muerte específica en Murcia.

Recordó, al hilo, que en abril de este mismo año la Consejería puso en marcha el Código Ictus, dentro del Programa Integral de Atención al Ictus 2009-2011; un código por el que se activa la alerta para todos los servicios de urgencias necesarios (centros asistenciales, el 061 y los hospitales de La Arrixaca y Santa María del Rosell), con el objetivo de atender a los pacientes en un tiempo máximo de dos a tres horas desde que se producen los primeros síntomas.

Gracias a este protocolo de actuación de emergencia, más de 50 pacientes se han beneficiado de él, según Palacios, que indicó que el objetivo fundamental es que se lo hagan entre el 5 y el 10 por ciento de los pacientes que sufran un ictus en la Región.

El tratamiento específico pasa por disolver el coagulo sanguíneo durante las tres primeras horas de aparición de los síntomas para, así, disminuir tanto la mortalidad como las secuelas de la enfermedad.

No obstante, la consejera subrayó que, tras más de seis meses de trabajo con el Código Ictus, el principal problema es que "menos del 50 por ciento de los pacientes contactan de manera urgente con los servicios sanitarios, por lo que no se dispone del tiempo necesario para beneficiarse de estos tratamientos".

DESCENSO DE LA TASA DE MORTALIDAD EN 2011.

El Programa de Atención Integral al Ictus de la Región tiene como objetivo conseguir un descenso progresivo de las tasas de mortalidad por ictus, que originó 1.070 muertes en el año 2007, esperándose para el año 2011 que la tasa de mortalidad descienda en un 10 por ciento si se tiene en cuenta que han ido reduciéndose en los últimos años.

En concreto, en 1990 la tasa de mortalidad por ictus era de 127,1 fallecidos por cada 100.000 habitantes en la Región, mientras que en 2007 fue de 73,73 fallecidos por cada 100.000 habitantes, "lo que representa un descenso de un 42 por ciento de las personas fallecidas".

Las causas de este descenso se comprenden por la mejora progresiva en el control de los factores de riesgo relacionados con ictus, en especial la hipertensión arterial.

Palacios también destacó que el Programa de Atención Integral al Ictus está "destinado a intervenir en todos los momentos de la enfermedad y con la participación de todos los niveles del sistema sanitario".

Para ello, señaló, "están previstos tres grandes objetivos de los que van de beneficiarse los usuarios de nuestro sistema sanitario". El primero va dirigido a potenciar la prevención primaria en la aparición del ictus a través de un mejor control de las personas que padecen factores de riesgo como son la hipertensión arterial, el colesterol elevado, el tabaquismo, la obesidad y la diabetes mellitus.

Igualmente, alabó la labor realizada desde los centros de salud en este ámbito ya que "ha permitido un mejor control de estos factores de riesgo", y resaltó que es "fundamental la participación activa de los ciudadanos, promoviendo estilos de vida más saludables, encaminados a aumentar la actividad física diaria, disminuir el sedentarismo, reducir la ingesta de calorías en los pacientes obesos, abandonar el tabaco en los fumadores y reducir, de manera generalizada, el consumo de sal en la dieta".

El segundo objetivo del Programa va dirigido a garantizar una atención urgente a los pacientes en el momento de sufrir un ictus. Así, cuando una persona sea atendida en cualquier dispositivo asistencial de la Región se activará el Código Ictus, que va a garantizar una atención homogénea en todas las circunstancias.

Estudios realizados en nuestro país señalan que sólo un 34 por ciento de las personas que habían sufrido un ictus fueron capaces de identificar la importancia del trastorno. Esa falta de información originó un retraso en la atención urgente que recibieron, por tanto no pudieron beneficiarse de alguno de los tratamientos previstos para la fase aguda del ictus.

El tercer objetivo es facilitar una atención específica a los pacientes ingresados en el hospital, y prestar una atención especial en la rehabilitación en los primeros meses para disminuir las secuelas de la enfermedad.