¿Qué le ha llevado a tomar la decisión de volver a presentarse a la reelección en 2011 para continuar otros cuatro años al frente del Gobierno regional?

Ha habido una larga reflexión y yo me veo con muchísima fuerza para estar ahí. Eso ha sido el determinante, aunque hay otros factores. Tenemos una situación de crisis económica que me anima a seguir porque también el Gobierno popular que presidí en 1995 tuvo que hacer frente una crisis importante, aunque no tan fuerte como ésta. No son problemas de sucesión ni mucho menos. El PP tiene la madurez suficiente y demostrada para ser capaz de afrontar una sucesión sin traumas de ningún tipo, dentro de lo que es la democracia y la libertad. Podría encontrar algún tipo de confrontación, pero la sucesión no tiene que ser señalada con el dedo. Tiene que ser objeto de un debate y de una decisión desde la libertad. Esto es lo que permite que uno, dos o cinco candidatos puedan someterse a la decisión del partido, que opta por una de las personas, y a partir de ahí todo el mundo trabaja en torno a esta persona.

¿Cuando tomó la decisión?

La he tomado en agosto. Después de hablar con mucha gente y, especialmente con una persona, y después de escuchar a mucha gente, pero no ha sido fácil. A veces, rectificar sobre uno mismo no es cosa fácil, pero ha sido una cuestión de responsabilidad y, por qué no decirlo, también de una cierta presión. No porque yo me deje presionar, sino porque tengo una ausencia de prepotencia y de soberbia que me hace pensar cuando tanta gente, desde dentro y desde fuera del partido y desde instituciones diversas, me están indicando el camino que debo seguir.

¿Hay personas en su partido que se sienten decepcionadas al desaparecer las expectativas de relevo que podían tener?

La única gente decepcionada que veo está en el Partido Socialista. Ni tan siquiera en IU, que han dicho -con un discurso muy inteligente y muy real- que no les preocupa quién se presente, sino quién aplica las políticas. Estaría bueno que los miembros de la coalición vinieran a darme abrazos de aprobación ante mi decisión. Yo a los únicos que he notado decepcionados, molestos o frustrados ha sido a los socialistas, pero eso no me dice que haya fallado en mi decisión, sino todo lo contrario. Pero todo eso no me preocupa. Mi preocupación es la Región de Murcia, mis decisiones son mías y de nadie más, compartidas con mis más íntimos y más próximos: me refiero a mi familia. He escuchado con humildad y con respeto todo tipo de opiniones, de dentro y fuera del partido y de dentro y fuera de la Región, y todas han ido encaminadas a la misma meta: que repita.

¿No siente vértigo con tantas presiones detrás?

No sé calificarlo como vértigo -a lo mejor no es una expresión adecuada- o como un exceso de responsabilidad, pero es verdad que todo esto contribuye sobremanera. He oído por ahí a quien dice que falto a mis compromisos, pero yo no he pensado nunca que esto sea cuestión de un compromiso. Eso es lo que yo pacto con los murcianos cuando me presento a las elecciones y digo que si me votan voy a cumplir un programa electoral.

Pero había insistido mucho en que no seguiría.

Es verdad que yo paso de 'un no' rotundo a 'un sí rotundo' y entre ese 'no' y ese 'sí' lo que hay es un escenario de sensaciones y de realidades que se están produciendo. No sé si es vértigo, pero cuando hay tanta gente pidiéndome que continúe, creo que no lo dice porque sí. Creo que se está hablando con la más absoluta sinceridad, porque conviene al interés de Murcia. Pero no me considero salvador de la patria de nada. Nunca me he considerado así ni me voy a considerar así. No creo que dependa el éxito de la Región de Murcia de que yo me presente o no. Simplemente haré lo que siempre he hecho, poner mi granito de arena y seguir trabajando sin tregua por los murcianos. No vengo a salvar a ninguna patria, sino a contribuir con mi experiencia y con mi inmenso amor a Murcia. Y sin complejos de ningún tipo por decir que voy a continuar. No creo que tenga que pedir perdón por querer seguir sirviendo a Murcia.

¿Alguno de esos mensajes ha sido determinante?

El del presidente del PP. Para qué nos vamos a andar por las ramas. Han sido muchos más, muchos compañeros míos, que son militantes en otras regiones y que han ocupado cargos importantes, como presidente del Senado, y me han dicho que no se me ocurra tomar esa decisión. Pero para qué nos vamos a engañar: ha sido Mariano Rajoy, quien me ha dicho que estamos en un tiempo muy importante para España y que él está decidido a dejarse la vida en el empeño.

¿Le ha puesto alguna condición a Rajoy, como hizo con Aznar cuando le pidió el aeropuerto?

La más importante del mundo. Yo necesito todas las garantías del mundo de que ni se cierra el Tajo ni se cierra la idea de trasvasar desde el Ebro. Y Rajoy me ha dicho que también es su condición, que presidir España significa llevar el agua de donde hay a donde no hay.