Lorquinos que se han quedado sin trabajo están reemplazando a la mano de obra inmigrante en el sector de la agricultura y la ganadería de este municipio murciano, según afirma el presidente de la cooperativa ALIMER y de la comunidad de regantes, Manuel Soler, quien señala que esta situación no se producía desde hacía tiempo. "El hecho de tener que dar trabajo sólo a personas de la tierra era algo impensable", asegura. "Quien mayormente va a sufrir este retroceso -sostiene Soler- es la población inmigrante, porque es la que más está padeciendo la falta de trabajo que hay".

"Cada día -añade-, se aprecia que hay más gente que no encuentra empleo". La prueba, dice Soler, "es que muchos trabajadores lorquinos, que no son inmigrantes, están pidiendo trabajo. Si son mano de obra más cualificada, las empresas preferimos cubrir puestos de trabajo con trabajadores de la comarca, ya que algunos de ellos, incluso, han sido empresarios de la ganadería, de la construcción o de los servicios, que por la rescisión que hay en este momento se van quedando sin trabajo y eso se nota".

El presidente de los regantes lorquinos afirma que "el campo está mal y los precios se sitúan por debajo del coste en casi todos los productos, no solo en la ganadería sino también en la agricultura". Reconoce que la situación de la agricultura "es circunstancial" mientras que "la de la construcción se prolongará más". Mucho ha cambiado la situación respecto a aquellos años no muy lejanos en los que llegaron a perderse plantaciones porque los agricultores no encontraban mano de obra, situación muy distinta a la actual, según recuerda Soler. En este sentido, precisa que "todas las empresas buscamos mano de obra lo más especializada posible. Los trabajadores de la comarca están habituados a hacer determinadas tareas y tienen más experiencia, con lo cual está claro que cuando hay que cubrir un puesto de trabajo tienen ventaja frente a los inmigrantes".

Soler también confirma que esta situación está provocando asimismo que muchos trabajadores inmigrantes hayan optado por trasladarse a vivir a otras comunidades autónomas, donde al menos, de momento, no escasea tanto la actividad laboral.