Sesenta mil inmigrantes que residen en la Región recibirán estos días una carta en su domicilio para invitarles a que se vacunen de la tripe vírica: sarampión, paperas y rubeola. La nueva campaña masiva se realizará a partir del próximo mes de noviembre. Con este procedimiento se logró que el año pasado se inmunizaran casi seis mil inmigrantes, la mayoría latinos.

En la nueva campaña de vacunación a adultos de entre 15 y 50 años se incluirá también a la población latinoamericana como el año pasado, pero se pretende incidir especialmente en el colectivo de extranjeros que tiene menor cobertura vacunal, como los magrebíes, los subsaharianos y los ciudadanos del Este europeo.

Además del envío de sesenta mil cartas a los domicilios de los inmigrantes que están empadronados en la Región o tienen tarjeta sanitaria, los responsables de la dirección general de Salud Pública también se pondrán en contacto con una veintena de organizaciones no gubernamentales que trabajan con extranjeros, así como con Jesús Abandonado y diversas mutuas de trabajo para captar y convencer al colectivo de inmigrantes de la necesidad de vacunarse para proteger su salud y la de sus familiares y compatriotas.

Balance del año pasado

Durante el año pasado se logró que un total de 5.937 inmigrantes se vacunaran de la triple vírica, sobresaliendo por su número los ciudadanos ecuatorianos, bolivianos y colombianos, lo que supuso el 9% de la población a la que se dirigía la campaña.

José Antonio Navarro, responsable del departamento de programas de prevención de la consejería de Sanidad, subraya que la movilidad geográfica de que hacen gala los inmigrantes en virtud del flujo laboral dificulta que exista una mayor cobertura vacunal en este colectivo a pesar de los esfuerzos que se realizan.

A lo anterior hay que unir que en determinados países no existe tradición de vacunarse, lo que provoca que algunos extranjeros muestren escaso interés por acudir a las instituciones sanitarias a inmunizarse contra los virus.

Con la tripe vírica en adultos se pretende evitar la aparición de focos infecciosos como se han producido en otras regiones.