Según confirmó a EFE el actual párroco de esa iglesia, Jorge Oliva, el sacerdote asesinado cumplió de esa forma una tradición que tenía con sus anteriores vecinos de decir misa los Domingos de Resurrección en las instalaciones del grupo huertano El Chisquero.

Salvador Fernández Ciller, que desde su jubilación hace un año de la iglesia de El Puntal era capellán del tanatorio de Jesús, también en Murcia, se desplazó en la mañana del domingo a celebrar la misa al jardín de San Esteban, donde cada año instalan su barraca los miembros de esa peña huertana con motivo de las Fiestas de Primavera de la capital.

Por los testimonios recabados de los vecinos del edificio en que vivía Salvador, el domingo podría haber sido su último día de vida, comentó el párroco de La Purísima, quien asistirá junto a otros sacerdotes murcianos al funeral que tendrá lugar esta tarde en Cehegín, ciudad natal del fallecido, y que presidirá el obispo de Cartagena, Juan Antonio Reig Pla.

Además, desde la parroquia de La Purísima tienen previsto organizar para la próxima semana una misa en recuerdo a este sacerdote, que trabajó durante 17 años en esa iglesia a su regreso de Latinoamérica, donde ejerció de misionero en varios países.

Este sacerdote fue encontrado muerto pasadas las 11:30 horas de ayer por su vecina Encarna Sánchez, quien mantenía una buena amistad con él y solía hacerle compañía, y que decidió entrar en la vivienda porque había una gotera procedente de su casa y no tenían noticias suyas desde hacía unos días.

La Policía Nacional se desplazó a la vivienda, situada en la calle Ruiz Hidalgo de Murcia, y se hizo cargo de las investigaciones en relación a esta muerte violenta, que se encuentran bajo secreto de sumario.

Según fuentes policiales, en la búsqueda del autor o autores de este homicidio trabajan desde ayer todos los componentes del grupo de homicidios del Cuerpo Nacional de Policía de Murcia, que se muestran con "cierto optimismo" en relación a este caso.