En declaraciones a los medios tras firmar un convenio con la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, Valcárcel valoraba así la posibilidad de que en el último Consejo de Ministros del año (30 de diciembre) se apruebe un trasvase de agua desde el Tajo hacia el Segura de 39 hectómetros cúbicos para consumo urbano y 20 más para atender la demanda del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.

El presidente murciano consideró que se trata de una decisión "torpe" si al final el Consejo de Ministros aprueba el trasvase en esos términos, según señaló la semana pasada el director general del Agua, Jaime Palop.

"Me da la impresión de que es una forma más de provocar el enfado de los murcianos de una forma innecesaria", dijo Valcárcel, quien consideró que el Gobierno tiene que ser leal con todos los ciudadanos y con las administraciones que éstos han elegido libremente.

"¨Por qué otra vez se le niega el agua a Murcia?", se preguntó Valcárcel, que dijo que, aunque sean importantes las Tablas de Daimiel, "lo es más" mantener la actividad laboral de una Región que basa su actividad económica en la agricultura.

Además, recordó que el Parque Nacional tiene dos acuíferos, el 23 y el 24, el primero de ellos, en el que existen "centenares de pozos ilegales", lo que significa que hay "una mala gestión" por parte de la Administración.

El presidente murciano insistió en el "fracaso total" de la política hidráulica del Gobierno socialista y lamentó haber pasado de "la idea real" del trasvase del Ebro, previsto en el Plan Hidrológico Nacional, a la "incertidumbre" por el "peaje que hay que pagar a la minoría catalana".

Reconoció que la cabecera del Tajo está en estos momentos bajo mínimos e insistió en la incertidumbre que existe sobre cómo se van a garantizar en un futuro los volúmenes de agua que la Región de Murcia necesita para crecer, especialmente en el terreno agrícola.