La emoción y el nerviosismo reinaron ayer junto con el calor sofocante en la Academia General del Aire (AGA), en San Javier. Era un día especial para todos, alumnos, profesores, familiares y los militares que asistían al acto. Y es que Su Majestad el Rey presidía la entrega de despachos a los 74 nuevos alumnos, 49 del Cuerpo General de la Escala Superior de Oficiales (tenientes) y 25 alféreces, que han concluido sus estudios en la Academia General del Aire.

En el cuarto centenario del Quijote, la obra de Cervantes sirvió una vez más para extraer sabios consejos para los nuevos tenientes y alféreces, entre los que no había este año ninguna mujer. Así, en el patio de armas de la Academia, el coronel director del centro, Eduardo Garvalena, les dirigió unas palabras en las que recomendaba que "vivan y disfruten del sueño caballeresco" y que sigan los consejos de Quijote a Sancho en la "difícil labor diaria de servir a la patria y a la sociedad".

Con la mirada y sonrisa cómplices del ministro de Defensa, José Bono, el coronel Garvalena recordó a los alumnos la carta del Quijote a Sancho Panza cuando era gobernador de la Ínsula Barataria, en la que el caballero de la triste figura ofrece a su fiel escudero varios consejos para ser un buen gobernante y servir a la sociedad.

Antes de que esto ocurriera, hacia las once de la mañana y bajo un rígido control y un estricto protocolo, todos los invitados fueron ocupando su sitio en el patio de armas de la academia; algunos de ellos, las autoridades civiles y militares así como las personalidades de la sociedad murciana, lo hacían en un lugar preferente y después de haber saludado a Juan Carlos I.

Unos minutos después hacían su entrada el ministro de Defensa; el presidente de la Región de Murcia, Ramón Luis Valcárcel; el jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, el general Francisco José García de la Vega; el alcalde de San Javier, José Hernández y el delegado del Gobierno en Murcia, Angel González, quienes ocuparon la tribuna presidencial junto con los representantes de los otros tres ejércitos.

Hacia las 11.30 horas llegaba Su Majestad, vestido con el uniforme de Capitán General del Ejército del Aire, al patio de armas de la academia, en donde ya se encontraba formado el escuadrón de alumnos al que pasó revista para posteriormente proceder a saludar a las autoridades civiles y militares asistentes.

Tras la acción de gracias oficiada en presencia de la Virgen del Loreto, patrona de la Aviación española, por el arzobispo castrense, Francisco Pérez, tuvo lugar el relevo de abanderados, después del cual don Juan Carlos entregó los reales despachos a los tenientes y alféreces con el número uno en los cuerpos de intendencia, ingenieros y especialistas.

Los demás alumnos recibieron sus despachos de manos del resto de las autoridades militares y civiles presentes. Algunos de ellos prefirieron que fueran sus abuelos o padres, también militares, quienes se lo entregaran. Fue en este momento en el que se rompió un poco el rígido protocolo, pues se pudo ver conversar y dedicarse sonrisas a Bono y a Valcárcel y el intercambio de comentarios entre las autoridades.

En el patio de armas desfilaron varias personalidades de la sociedad murciana como el consejero de Presidencia, Fernando de la Cierva; los alcaldes de San Javier y San Pedro del Pinatar; el rector de la Universidad de Murcia (UMU), José Ballesta y los vicerrectores de la UMU y la Politécnica de Cartagena; los alcaldes pedáneos de La Ribera y de Lo Pagán; la senadora del grupo socialista María Antonia Martínez; al abogado del Estado Juan Ramón Calero y la Reina de la Huerta en compañía de dos de sus damas de honor y del presidente de la Federación de Peñas Huertanas, Antonio Avilés.

Tras sonar el himno del Ejército del Aire, el Rey dio la orden de romper filas a los nuevos oficiales, quienes lanzaron al aire sus gorras y se abrazaron efusivamente para celebrar su graduación.

Desfile de las tropas