El Consejo de Ministros aprobó ayer el trasvase de 82 hectómetros cúbicos del Tajo al Segura, de los que 39 se destinarán a abastecimiento y 43 a regadíos. La decisión ha provocado una gran decepción en la Región, dado que los regantes del Acueducto Tajo-Segura habían solicitado 120 hectómetros cúbicos para mantener el arbolado durante los meses de verano, aunque también ha provocado un gran descontento en Castilla-La Mancha, que se oponía al desembalse de agua para riego y únicamente admitía un trasvase para abastecimiento. Tras el acuerdo, el Gobierno pidió responsabilidad a las fuerzas políticas.

La vicepresidenta del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, pidió "a todas las fuerzas políticas en Castilla-La Mancha, Murcia, Comunidad Valenciana y Almería la máxima responsabilidad ante la delicada situación provocada por la drástica reducción de las lluvias en la cabecera del Tajo".

Se refirió a diferentes medidas tomadas en este año para paliar los efectos de la sequía, como obras de emergencia por cerca de 400 millones de euros, "la mitad" de ellas en la cuenca del Segura, ayudas a los regantes afectados y al compromiso de inversión en Castilla-La Mancha de 2.000 millones de euros a lo largo de la legislatura.

Según la vicepresidenta, "la distribución definitiva" de los 82 hectómetros cúbicos la decidirá la Comisión de Explotación del Trasvase Tajo-Segura, el próximo miércoles, que acordará también los desembalses.

Precisó que para tomar esa decisión se tuvo en cuenta "la situación excepcional" en la cabecera del Tajo, donde las aportaciones netas del año hidrológico "no superarán los 360 hectómetros cúbicos, la cifra más baja del período 1912-2004".

Indicó que el nivel actual de los embalses se sitúa en 511 hectómetros cúbicos y destacó que el Gobierno también tuvo en cuenta "la gravísima situación de la cuenca del Segura, cuyos recursos propios han descendido al diez por ciento", lo que pone en peligro "no sólo las cosechas de este año", sino "la supervivencia de los cultivos leñosos".

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, precisó que el fin del trasvase es "no comprometer en el próximo año hidrológico la capacidad de trasvasar agua para abastecimiento en la cuenca del Segura e, incluso, el regadío". "Castilla-La Mancha -recordó- pretendía que no hubiera ni una sola gota de agua para regadío este verano en la cuenca del Segura y Murcia pedía 120 hectómetros cúbicos".