El Colegio de ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la demarcación de Murcia ha manifestado públicamente su oposición a la derogación del trasvase del Ebro en un manifiesto-declaración en la que muestran su desconcierto por el "desconocimiento" y "nula consideración" que se desprende en el Real Decreto Ley 2/2004 que modifica la ley del Plan Hidrológico Nacional hacia los objetivos fundamentales que inspiraron el trasvase del Ebro a la Cuenca del Segura. La institución considera que la alternativa de la desalación ocasionará en toda la cuenca alta y media del Segura daños ecológicos (desaparición de manantiales y zonas húmedas, disminución de caudales, sobreexplotación de acuíferos), que propiciarían el traslado de la actividad económica y, por consiguiente, de la población a la costa.

En concreto, el Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos, cuya junta de gobierno preside Juan Guillamón, se refiere a tres argumentos aportados para justificar tal decisión, sustentada en unas supuestas deficiencias y carencias tanto técnicas como económicas del citado PHN y enunciadas por la ministra Narbona. Por un lado, los ingenieros de Caminos, Canales y Puertos aluden a la cuestión medioambiental (según el Gobierno incumplen las cautelas ambientales y socioeconómicas previstas en la legislación de aguas), a la dimensión económica del trasvase (Narbona asegura que se han exagerado los beneficios) y la desalación y los aspectos técnicos, pues Medio Ambiente mantiene que "no es posible determinar cuánta agua puede ser transferida ni con qué garantías).

La demanda y el agua desalada

Pues bien, el colectivo de Ingenieros manifiesta su sorpresa por las razones que se exponen en este Real Decreto para derogar esta infraestructura prevista en el PHN: "mejorar las condiciones ambientales de aquellos ecosistemas, tramos fluviales, sectores de acuíferos, o elementos del medio hídrico natural, que se encuentran actualmente sometidos a intensa degradación". Según el Colegio, es inviable atender con agua desalada del mar toda la demanda. "En cuanto a los otros tres objetivos que se pretendían con el trasvase del Ebro y que se concretan en los siguientes usos: abastecimiento, redotación de regadíos infradotados y eliminación de situaciones de sobreexplotación, sólo se conseguirán parcialmente con la desalación en la franja litoral, con lo que un porcentaje importante de demandas no podrán ser atendidas", avisan los expertos.