El Antiguo Testamento las menciona como una de las ocho plagas de Egipto. En África, Medio Oriente y la India se reproducen en grandes cantidades en ciertas áreas cuando las condiciones ambientales les son favorables, para de allí desplazarse en bandadas a otras regiones, atacando y destruyendo los cultivos y la vegetación que encuentran a su paso pues comen al día lo equivalente a su peso. En Jumilla, las puestas de langosta se han realizado en unos terrenos que llevan tiempo sin ser labrados y que estuvieron en su día plantados de vides. El jefe de Sanidad Vegetal de la Comunidad, Esteban Abad, no es partidario de arrancar los árboles para recibir ayudas de la UE porque esto es "pan para hoy y hambre para mañana". "Mi posición -mantiene- es que no se arranquen los viñedos porque son plantaciones muy adaptadas y en cuanto las tierras deja de cultivarse son el caldo de cultivo perfecto para que estos insectos incuben".