Como colofón a las Fiestas del Escudo La Invasión de Cieza, las distintas kábilas y mesnadas que integran la entidad festera protagonizaron ayer el Gran Desfile Fin de Fiestas. Los festeros dieron muestras de su buen gusto ataviándose con lujosos y llamativos trajes que lucieron durante el cortejo.

La cabalgata, en la que participaron unas 700 personas, partió desde la ermita de San Bartolomé y desfiló por estrechas calles del casco antiguo para desembocar después en la Cieza moderna. Miles fueron los espectadores de la localidad y de los pueblos cercanos que no quisieron perderse un espectáculo costeado en su totalidad por los propios integrantes de las agrupaciones.

Concluyen así tres jornadas festivas con mal tiempo y lluvia en sus dos primeros días, pero que estuvieron amenizadas por el mercadillo medieval que adornó las calles más antiguas de Cieza y por las tascas que montaron diferentes asociaciones sin ánimo de lucro de la localidad. Tampoco faltaron las atracciones infantiles ni los bailes, que hicieron las delicias de ciezanos y visitantes.

Son unas celebraciones que a pesar de no ahondar sus raíces muy atrás en el tiempo, han recalado de manera notable entre los vecinos, los cuales participan activamente en las mismas. El año que viene, los Moros y los Cristianos volverán a invadir las calles de Cieza entre las lluvias de abril y las flores de mayo.