El ayuntamiento de Cieza quiere reubicar a los inmigrantes temporeros que se han trasladado al municipio para trabajar en la recogida de fruta y que se encuentran malviviendo en determinadas zonas situadas a las afueras de la ciudad. El asunto fue puesto sobre la mesa por los concejales de Izquierda Unida hace dos meses. Según ha explicado el edil de Urbanismo, Obras y Servicios, Francisco Saorín, el Consistorio ha llegado a un acuerdo para alquilar una nave situada en el polígono industrial de El Búho, donde se habilitarán los servicios mínimos para proporcionar descanso e higiene a los temporeros.

Actualmente, se negocia con Cruz Roja o Cáritas para que una de las dos entidades o incluso ambas, según se acuerde, puedan gestionar todo el tema logístico, mientras que, según ha explicado Saorín, ya se ha puesto en manos de la concejalía de Hacienda y Contratación la legalización del proceso. En principio, y según diversas fuentes municipales, solo tendrían acceso a los diferentes servicios los emigrantes legalmente establecidos en España. En la nave, y durante los meses de junio y julio, se proporcionaría luz, agua y las mínimas condiciones para procurar higiene y descanso a los jornaleros, es decir, aseos, duchas, cocinas y camas.

El de los temporeros es un problema que dura ya varios años. Cuando llegan estas fechas, el efecto llamada provoca que cientos de inmigrantes se trasladen a Cieza para trabajar. A falta de una vivienda, los 'suburbios' ciezanos se concierten en improvisados campamentos donde los temporeros viven y hasta duermen al raso. Verdaderamente, se hace difícil pensar que haya personas que en pleno siglo XXI tengan que pasar la noche a la intemperie.

Tan solo un viejo colchón apostado sobre tablones o cajas de fruta sirve para descansar después de una dura jornada en el campo. En el improvisado cuartel sin techo colocan, por ejemplo, una gran caja de cartón que hace las veces de vestuario, mientras que la ropa y demás enseres quedan amontonados de cualquier manera. Otros prefieren dormir en el coche y los que no pueden aguantar sin quitarse el pelo del melocotón del cuerpo terminan bañándose en el río o en alguna acequia.

Una de las zonas elegidas, situada junto al Camino de la Estación, carece de cualquier servicio. No hay aseos ni recogida de basuras. Tampoco agua potable. Es, por el contrario, un descampado sin urbanizar de titularidad privada.

Los vecinos de las calles cercanas llevan años protestando para que el Ayuntamiento les solucione el problema sin ver una solución. Explican que al margen de «la inhumanidad» que representa esta situación, los inmigrantes realizan todo tipo de necesidades fisiológicas a la vista de todos los vecinos, sin ningún tipo de medios higiénicos, situación que, según aseguran, pueden observar desde las ventanas de sus casas.

La situación les es tan incómoda que han iniciado una campaña de recogida de firmas para exigir al Ayuntamiento que actúe.