Cincuenta años dejan huella, y más, si es el tiempo que una persona ha dado su vida por los demás. Medio siglo de dedicación a Dios y a las personas, de los cuales, 23 los ha pasado en Cieza. Es Antonio Muñoz Catalán, el cura de la Basílica de la Asunción que el pasado 13 de septiembre colgaba los hábitos pero que, con motivo de la festividad de La Piedad, la comunidad eclesiástica ciezana le ha querido rendir un merecido homenaje.

Fue este domingo, durante la celebración de la misa de siete, cuando el párroco se despidió definitivamente de sus feligreses. Éstos, a cambio, le hicieron entrega del mejor de los regalos que jamás podría soñar: una réplica a menor escala de la Virgen de las Maravillas, la patrona de Cehegín, el pueblo natal del insigne cura. Ha sido esculpida en madera de cedro por el joven imaginero ciezano Antonio Jesús Yuste Navarro.

Don Antonio ha estado al frente de la Basílica de Nuestra Señora de La Asunción durante los últimos 23 años. Realizó su camino pastoral en Lorca y en Yecla, para llegar a Cieza en otoño de 1992. Su cercanía a la Semana Santa hizo que la Junta de Hermandades Pasionarias lo eligiera como su consiliario.