El joven escultor ciezano Antonio Jesús Yuste Navarro es un admirador del buen hacer de la Cofradía de la Oración en el Huerto y Santo Sepulcro, de sus hermanos y, por supuesto, de su riquísimo patrimonio. Por primera vez, Yuste Navarro habla de sus pasos, que podrán ser vistos en la procesión de esta tarde. Para el imaginero, el grupo escultórico de la Entrada de Jesús en Jerusalén, conocido popularmente por ´La Burrica´ es el más completo. «Me gusta por su estética castellana, armonía cromática enriquecida por estofas muy bien integradas.

Lo más impactante es la figura de Santiago, que para mí es la mejor cabeza que el artista ha tallado. Él colocaba ojos de forma muy particular dejando gran parte de la esclerótica fuera de los parpados. Eso se ve más acentuado en la imagen de Jesús, pero con más carácter en Santiago.

La armonía de la composición junto con el vaivén de los anderos dotan a las piezas de un movimiento real», describe entusiasmado el artista.

La Oración en el Huerto tampoco pasa desapercibida para Yuste. «Me llama la atención, y aún siendo una copia del maestro Salzillo, su aproximación con la original, con una composición piramidal y muy equilibrado. Salzillo pone en el centro la palmera con el cáliz, y nosotros la postergamos a un lado, dejando al descubierto la escena central con los apóstoles dormidos. Tiene, sin duda, un aspecto de singularidad muy importante», apostilla.

La composición del conjunto del Santo Sepulcro, conocido como La Cama de Cristo, transmite, según Yuste, «un extraordinario dinamismo proporcionado por la distribución de los cuatro ángeles que escoltan al Señor y su puesta en escena: el ´vaivén´ de los anderos. Ellos saben muy bien dormir al Señor. Y desde luego, es un placer ver la entrada del paso tras la procesión en su casa museo con los sones de esa marcha compuesta ex profeso para ese momento. Estimula todos los sentidos. «La vista, el oído y hasta el olor es distinto en ese instante».

La Caída, de Sánchez Lozano, «es una auténtica belleza», indica. «Siempre pienso en aquella que pudo ser, salida de las manos de González Moreno». Cree que este paso «es una de las instantáneas del Viernes Santo ciezano, una de la imágenes que a todos nos viene a la mente cuando pensamos en la Procesión del Penitente».

Concluye su descripción el escultor hablando de El Ángel de la Cruz Triunfante. Para él, es «una de las obras más bellas de Sánchez Lozano. Su caja torácica, el rico estofado y su sutil movimiento transmiten el amor, la paz y la alegría propios del Domingo de Resurrección.