Aunque parezca mentira, trabajar de sol a sol con más de 40 grados centígrados puede ser placentero para muchos. Y se conoce que eso es lo que le sucede a la treintena de jóvenes que este año están participando en el campo nacional de trabajo Hisn Siyâsa de Cieza.

Son estudiantes y aficionados a la arqueología y a la historia, de entre 15 a 30 años, llegados de Cantabria, Canarias, Aragón, Cataluña, País Vasco, Galicia, Andalucía y Murcia, entre otras comunidades autónomas, cuya inquietud por lo antiguo les ha llevado a participar en esta actividad que se alargará hasta el próximo 17 de julio.

Principalmente, los jóvenes arqueólogos están centrando su trabajo de excavación en las murallas de la antigua fortificación del despoblado islámico de Siyâsa. Se va a intentar restaurar una de las torres, que se cree que podría medir más de dos metros. «Se trata de un vestigio de más de 750 años de antigüedad y que pretendemos que pueda perdurar al menos otros tantos años», explicó el director de las excavaciones, Joaquín Salmerón Juan. Acompañan también a los jóvenes María José Morcillo y Pedro Sánchez, presidenta de la asociación Voluntarios de Siyâsa y director de restauraciones, respectivamente.

Se llevarán también a cabo procesos de registro estratigráfico en fichas normalizadas, dibujos de plantas y secciones, fotografía arqueológica e inserción de estructuras afloradas en la topografía general del yacimiento y trabajo de clasificación e inventario del material arqueológico.

Salmerón recordó que la antigua fortificación de Siyâsa se extendía en su época de esplendor por toda la montaña del castillo, y se cree que habría más de 700 casas, de las que solo 19 han podido ser desenterradas hasta ahora. Se ha descubierto que la vieja muralla contenía un pasillo escalonado interior para que el cuerpo de guardia pudiera deambular.

Según Salmerón, la totalidad de las casas se abandonaron a finales del siglo XIII de manera abrupta. Para el arqueólogo, «fue algo parecido a lo ocurrido en Pompeya, pero no por un terremoto natural, sino por otro de carácter político y militar».