Los ciezanos se disponen a vivir los días más intensos del año. Su Semana Santa, declarada de Interés Turístico Nacional, es la fiesta más esperada, más participativa y más atesorada de cuantas se celebran en el municipio de la Vega Alta. Desde hoy y hasta el próximo Domingo de Resurrección, una marea de túnicas multicolor se adueñará de la ciudad dando vida a su tradición más antigua.

Son seis los siglos que contemplan a la semana mayor ciezana, 600 años en los que sus calles son el escenario elegido para mezclar cultura y tradición, arte y devoción, fiesta y religión. Casi una veintena de traslados y procesiones podrán ver los vecinos y los visitantes durante estos días, cada una de ellas con su propia anatomía, una idiosincrasia que las identifica con el momento y también con la historia litúrgica.

Y es esa una de las características más llamativas de la Semana Mayor ciezana, porque en Cieza el Prendimiento de Jesús se recuerda Martes Santo, el día que sucedió; Cristo agoniza Jueves Santo, también cuando históricamente pasó; y el Salvador desciende a los infiernos para perdonar a las almas en pena la madrugada del Sábado de Gloria, tal y como relata la Biblia. Son solo tres ejemplos del nutrido programa de actos y procesiones que circundan la Pasión en la capital de la Vega Alta. Ayer, la Santísima Virgen de los Dolores protagonizó una bonita y singular procesión que comenzó con el encuentro con el Cristo de Medinaceli. Después, y tras recorrer las calles del centro y el casco histórico, las agrupaciones musicales que las acompañan deleitaron a los asistentes con varias marchas procesionales.

Hoy sábado, otro traslado inunda las calles con la imagen del Santísimo Cristo del Perdón. Sobre una cruz inclinada y a medio alzar, los nazarenos llevarán la talla de Benedito desde el Convento de San Joaquín, donde se exhibe al culto durante todo el año, hasta la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, donde aguardará para participar en los desfiles de Miércoles Santo y Viernes Santo.

El Domingo de Ramos, el colorido de las túnicas de las 18 cofradías convierte las calles en el escenario perfecto de la Entrada de Jesús en Jerusalén. Es una procesión muy participativa en la que desfilan más de 5.000 personas. Este espectáculo da paso, ya por la tarde, a la bajada del Santísimo Cristo del Consuelo desde su ermita hasta la Basílica, donde permanecerá hasta el próximo 3 de mayo.

Espectacularidad y colorido

Y espectacular resulta el Vía Crucis que protagoniza el Santísimo Cristo de la Sangre la noche del Lunes Santo. La magnífica obra de Luis Álvarez Duarte y la encarnada vestimenta de los nazarenos enrojecen las calles de un casco antiguo que reza las 14 estaciones de la mano del Consiliario de la JHP, el párroco Antonio Muñoz Catalán.

El Prendimiento de Martes Santo es uno de los acontecimientos más singulares. Los intérpretes Luis Carlos Roldán, Antonio Martínez, Piedad Quijada y Alejo Lucas, apostados junto al portón principal de la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, se encargarán de narrar los históricos hechos desencadenantes del fatal desenlace de la crucifixión. Las cuatro voces irán relatando el devenir de los acontecimientos conforme las imágenes y los tronos van tomando la calle. Como colofón, el Tercio Romano, bautizado como ´Los armaos´, se hará con Nuestro Padre Jesús Nazareno para encaminarlo hacia el calvario.

Llega después la Procesión General de Miércoles Santo, en la que participan 13 pasos, convirtiéndose en uno de los desfiles con más variedad. Se alcanza así el Jueves Santo, un día compartido por dos escenarios, el que protagoniza la Cofradía de Gracia y Esperanza con la imagen de la Virgen María y un segundo y quizás de los más esperados: el de la octogenaria Procesión del Silencio con la imagen del Santísimo Cristo de la Agonía.

Riqueza del Santo Entierro

La Semana Santa de Cieza puede presumir de contar con obras de los mejores autores de los siglos XIX, XX y XXI. En sus procesiones pueden verse tallas de José Capuz, Pinazo, Benedito, González Moreno, José Planes, Palma Burgos, Carrillo, Hernández Navarro, Sánchez Lozano, Romero Zafra o Álvarez Duarte, entre otros imagineros. Muchos de estos artistas exhiben sus obras en la procesión del Penitente de Viernes Santo, por la mañana y, sobre todo, en la del Santo Entierro de Viernes Santo, por la noche.

Es, sin duda, uno de los desfiles de mayor riqueza patrimonial y artística, donde, a su vez, la sobriedad y el respeto por la muerte de Jesús se hacen latentes entre cofrades, anderos y las ´manolas y manolos´, que desfilan de riguroso luto.

Descenso a los infiernos

La madrugada del Sábado de Gloria no acaba con la procesión del Santo Entierro, porque nada más finalizar el cortejo fúnebre, la Cofradía de Ánimas pone en la calle el desfile del Descenso de Cristo a los Infiernos. Con una espectacular bajada por la antigua muralla de Cieza, Jesús abre las puertas de los infiernos para liberar a las almas en pena. La singular carrera procesional concluye casi con las primeras luces del nuevo día y en vísperas de la gran fiesta, la de la Resurrección de Jesús del domingo. Es entonces cuando la alegría se adueña de las calles en la Procesión del Resucitado. Los santos son bailados por los anderos y los estandartes de las 18 cofradías se alzan al aire. Es lo que en Cieza se denomina ´La Cortesía´, y mientras ello sucede, la Virgen es reverenciada por el resto de imágenes y la alegría se adueña de los miles de vecinos que se concentran en la Esquina del Convento. Tras el acto, la procesión sigue su curso concluyendo a mediodía.