Según ha asegurado en una entrevista con Efe, el progreso que existe en este campo es gigantesco: "es de tal calibre que uno se puede imaginar cualquier cosa; si alguien dice que dentro de trescientos años los hombres puede tener alas, no me extrañaría, porque sabemos cómo se hace un ala de mosca o de águila, y el hombre comparte más del 60 por ciento de identidad genética con ambas".

Ginés Morata ha pronunciado hoy la conferencia "Evolución y desarrollo" en la facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad del País Vasco (UPV), en Leioa (Vizcaya), invitado por la agrupación de estudiantes Bionatur, que ha organizado diversas actividades con motivo de la conmemoración del Año de Darwin.

Este científico, especializado en genética de desarrollo a través del estudio de la mosca del vinagre, ha defendido los ventajas de las investigaciones sobre el ADN y la manipulación genética porque, según ha dicho, "el progreso y el saber más siempre es beneficioso; las nuevas técnicas se pueden utilizar, como siempre en la historia de la humanidad, tanto para fines positivos como malvados".

"Lo que da moral o un juicio a las cosas -ha destacado- es su utilización, no las cosas en sí mismas, y la biotecnología tiene un potencial positivo enorme porque se pueden aplicar al propio conocimiento de la biología humana y, por tanto, curar enfermedades".

En su opinión, la historia de la especia humana ha dado un "cambio radical" en el siglo XXI precisamente por la introducción de las tecnologías moleculares y ya se puede hablar "de un antes y un después" de estas técnicas.

Estos avances, según ha explicado, también son el motivo por el que en el futuro ya no le afectarán a la especie humana los mecanismos de selección natural, que han marcado siempre la evolución de las especies.

"El futuro biológico del hombre -ha resaltado- no va a ser el futuro darwiniano; no va estar condicionado por la selección natural, sino por la tecnología biológica que el hombre se aplique a sí mismo; es un cambio completo de paradigma de lo que ha sido el pasado y de lo que será el futuro".

Morata también se ha referido a la situación de la investigación científica en España y tras manifestar que "ha mejorado", ha precisado que "no es puntera ni comparable al resto de países europeos, donde se invierte de media en Investigación y Desarrollo (I+D) un 1,8 por ciento frente al 1,1 por ciento de España".

La solución a este "atraso", según ha indicado, no se resuelve doblando la inversión de un año para otro e "inundando" de dinero a las universidades, sino que se requieren planes "a largo plazo, con un aumento gradual del dinero, y también la identificación de aquellos sitios donde ese dinero rentará más y ofrecerá mejores resultados".

También ha apuntado, como otra causa del "estancamiento" científico español, la poca tradición científica que hay en este país en comparación con los países anglosajones, donde "existe una tradición que da valor económico y social a la ciencia".

Ginés Morata también ha opinado sobre las valoraciones que hace la Iglesia católica de los avances científicos, y en concreto su posición contraria a investigar las posibilidades de las células madre, y ha afirmado que "está bien que opine, aunque a veces no está muy fundamentada sobre temas técnicos, otra cosa es que se le haga caso".

"La Iglesia -ha dicho- es un movimiento extraordinariamente conservador, que históricamente ha sido una de las razones del atraso español en todos los aspectos de la vida; lo que no ha sucedido en otros países con otras iglesias, por lo que no es algo derivado de la religión, sino de una particular forma de iglesia".

Ha afirmado que los pronunciamientos de la Iglesia católica, en concreto, sobre las células madre "están completamente desenfocados", y ha añadido: "Creo que no habría que hacerle mucho caso, que de hecho no se le hace, porque ni están bien informados ni su opinión, perfectamente legítima, vale mucho".