Cada arenga de los caudillos mercenario y los generales de las tropas navales retumba como una sentencia sobre el imperio romano. Aníbal ha conseguido unir a los pueblos de la Península y las Baleares para marchar hacia Roma y asestar un golpe definitivo sobre los ejércitos itálicos. No ha sido el oro, sino la convicción que muestra el general púnico en sus palabras lo que ha permitido una alianza que escribirá páginas en la historia.

La Contratación de Mercenarios volvió a ser un éxito ayer con un guión renovado, dando más protagonismo a todas las tropas, y con una puesta en escena más real y acorde con lo que se presume que pudo pasar en años de Aníbal y Escipión. El carácter del púnico logró apaciguar las rencillas entre las tribus mercenarias para granjearse su complicidad y fidelidad contra Roma.

«Parece que discuten de verdad», le decía un pequeño a su madre sin pestañear para no perder detalle. Y es que, pese a ser actores aficionados, los festeros volvieron a interpretar de forma ejemplar un acto que cada año gana más en importancia y que comenzó con el Desembarco de la Armada en el puerto.

Del mar llegaron las tropas navegantes y los mercenarios Honderos Baleares para sellar su pacto con Aníbal. El remolcador Boluda fue quien hizo de transporte, en una imagen que rompió por momentos la estética histórica del acto, que contó con numeroso público, llenando los graderíos de la explanada portuaria.

Nuevo recorrido

  • Al término del acto, las tropas del general carthaginés se concentraron en la plaza del Ayuntamiento para iniciar la histórica Marcha de Aníbal hacia Roma, cruzando los Alpes y sorprendiendo al enemigo. Por primera vez en los 26 años de las fiestas, el recorrido pasó por las calles Cañón y Jara, ya que la organización tuvo que obviar la calle Mayor por medidas de seguridad al contar con caballos en el desfile. No obstante, el cambio no restó vistosidad y tropas como Magón, con sus tambores; Guerreros de Uxama, con su paso; Mercenarios Íberos, en formación; o Lanceros Hoplitas, con su armamento, fueron de las más aclamadas.

Por otro lado, las legiones de Escipión volvieron a convertir la noche del miércoles la calle imperial del recinto festero de Carthagineses y Romanos en una vía de la capital itálica en época de césares y generales. Fue a través del Feriae Latino, un acto que se ha ganado un hueco fundamental en el programa festero y que consigue convocar cada año a más visitantes en el Campamento.

Y todo gracias a los espectáculos y representaciones que ponen en marcha las legiones, así como la infinidad de degustaciones que regalan a los ciudadanos que acuden a conocer cómo era la vida en la Roma imperial. Zancudos, bailarinas, patricios y soldados se unieron a demostraciones de cortes de barba y maquillaje para dar vida al recinto.