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Cartagena, una aduana estratégica para frenar plagas importadas en limones

Durante los meses en los que no hay producción en la Comunidad, los cítricos que vienen de fuera pueden suponer una amenaza para los árboles

Contenedores de mercancías apilados en el Puerto de Cartagena.

Contenedores de mercancías apilados en el Puerto de Cartagena. / Iván J. Urquízar

Si ahora vas al supermercado no encontrarás limones de la Región, que son el Fino y el Verna. Solo tienes que fijarte en la etiqueta. Esto ocurre, principalmente, porque desde junio y hasta mediados de octubre no hay producción local de este cítrico, por lo que llega del hemisferio sur, donde las medidas sanitarias son distintas, así como las enfermedades que sufren sus cultivos, por lo que importarlas puede suponer una tragedia para el campo si las aduanas no son efectivas.

Seguir aderezando nuestros platos con limón durante estos meses es tan importante como asegurar que con los importados no llega ninguna plaga indeseada. «Nosotros somos la primera barrera que tiene el país para evitar la diseminación de plagas en materia de vegetales», expresa a La Opinión el jefe del Área de Agricultura y Pesca de la Delegación, José Ramón Soriano.

Desde junio, han desembarcado en Cartagena 13.300 toneladas de limones que vienen bien guardados y conservados en frío dentro de cargueros gigantescos que surcan el mar durante, al menos, dos semanas para llegar al puerto, «la labor de la aduana es asegurarnos de que esos limones vengan en perfecto estado sanitario», añade Soriano.

No es una labor fácil, ni rápida. Para conseguirlo, los técnicos deben abrir, una por una, todas las cajas y detectar, de un vistazo, si la mancha negra está presente en las frutas recién llegadas. Después de muchos años, tienen el ojo entrenado para detectar cualquier cambio de color o textura que haga saltar las alarmas. 

«Los inspectores llevan muchos años viendo mancha negra y entonces, lo primero, lo detectan con la vista, cuando observan alguna cosa sospechosa ponen una lupa de grandes aumentos y esa lupa les da una posibilidad de diferenciar si es un golpe, si es un roce o es algo más», explica el responsable.

Aquí viene lo complicado, porque si los expertos consideran que hay algo raro en la mercancía tienen que mandar una foto a los laboratorios de Valencia con los que trabaja el Gobierno. Si desde allí tienen dudas, toca practicar una PCR al limón.

En este punto, surge un problema a nivel comercial: «Este proceso puede durar entre 24 y 48 horas. Lo que pasa es que si lo mandamos un viernes a las dos de la tarde, va a llegar el lunes al laboratorio, mientras nos aprietan las tuercas para acelerar el proceso porque se trata de un producto perecedero», subraya Soriano.

 Al obtener los resultados de las pruebas de los cítricos sospechosos pueden aparecer los positivos. En este caso, explica el experto, como hablamos de un hongo que se reproduce por esporas que van volando, como cuando ves el polen en el campo, pueden ir a parar a la hoja de un limón y ese sería el fin: «Ya tendríamos mancha negra y ya la tendríamos de por vida».

En caso de «positivo»

Después de que una PCR dé «positivo» toca buscarle un nuevo destino a los limones, que se envían a países donde no hay limoneros y no pueden verse afectados por el hongo, como es Ucrania.  

La otra opción es devolverlos a los países de donde vienen, normalmente Sudáfrica o Argentina. Aquí el problema surge porque puede haber pasado un mes desde que las frutas salieron de su origen, con el consiguiente deterioro que eso supone. En estos casos se pueden destinar a la industria de los zumos o para conservas.

La Región es la principal productora de limones de España y, prácticamente, la primera importadora y exportadora de Europa, según el delegado del Gobierno.

La rápida expansión de las plagas exóticas que no tienen competencia

No siempre los grandes cargueros son los que esconden plagas entre sus mercancías de ultramar, también algo tan pequeño y, en apariencia, inofensivo como una maleta puede suponer una gran amenaza para la sanidad vegetal, que puede tambalearse por el solo efecto de una semilla. 

Una planta exótica o una pieza de madera sin tratar pueden convertirse en suvenires que traigan algo más que recuerdos de un viaje, también pueden llegar a suponer riesgos para la salud de las personas y acabar convertidos en amenazas para el campo y la agricultura, «sobre todo en territorios donde una enfermedad o plaga no tienen ni depredadores ni competidores», explica Elsa Wert a La Opinión, jefa de sección técnica de Sanidad Vegetal Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Un ejemplo de bacteria que está presente en Europa desde 2013, y en España desde 2017, es la 'Xylella fastidiosa', que no se ha detectado en la Región, por lo que «es importante aplicar de forma estricta el plan de vigilancia que se realiza anualmente, con el fin de mantener los territorios libre de esta bacteria», apunta Wert.

Con el fin de evitar este tipo de introducciones, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, ha lanzado la campaña Plant Health for Life, para concienciar a los ciudadanos sobre el papel crucial que podemos jugar como protectores de la sanidad vegetal, teniendo mucho cuidado con lo que traemos de nuestros viajes y siendo conscientes de que cada gesto cuenta para mantener a raya las enfermedades importadas. 

Por su parte, Telésforo García Crevillén, Jefe Servicio de Sanidad Vegetal de la Dirección General de Producción Agrícola, Ganadera y Pesquera de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, explica cómo las altas temperaturas de la Región han impedido la merma de las plagas que se produce al llegar el frío. 

«Además, la situación extrema de sequía que viene padeciendo la Región de Murcia está dando lugar a unos niveles de población de ciertas plagas que está causando daños muy graves en los cultivos, e incluso en algunas zonas forestales», advierte el experto.

García Crevillén explica que, entre las plagas que se ven favorecidas por estas condiciones tenemos diferentes especies de «barrenillos» que afectan tanto a cultivos agrícolas como a especies forestales coníferas y frondosas.

Plagas que afectan a los cítricos

Limones afectados por mancha negra.

Limones afectados por mancha negra. / L. O.

'Xylea Fastidiosa': Se trata de una bacteria con un enorme potencial patógeno sobre un gran número de plantas (cultivadas, forestales y ornamentales). Actualmente, se tiene constancia de estar provocando un importante impacto económico, principalmente en cultivos leñosos como vid, cítricos, olivo, almendro, diversos frutales de hueso y pepita y café, aunque también se detecta en determinadas plantas herbáceas como la alfalfa.

Mancha negra: ‘P. citricarpa’ es el hongo causante de la mancha negra de los cítricos (en inglés Citrus Black Spot, CBS) que afecta a plantas y frutos de cítricos. Su impacto económico radica principalmente en las lesiones que aparecen en la corteza de los frutos que reducen su valor comercial. Así mismo, la presencia de la enfermedad tiene como consecuencia el aumento de los costes de producción, la pérdida de mercados de exportación, y puede llegar a causar la caída prematura del fruto. Es una enfermedad que afecta a todos los cítricos pero más especialmente a limones y naranjas tardías.

HLB: La enfermedad bacteriana conocida como Huanglongbing (HLB) o enverdecimiento (’Greening’) es considerada la enfermedad más importante, grave y destructiva de los cítricos en el mundo y está causada por tres especies de bacterias distintas. Los síntomas que presenta las plantas son hojas con manchas de un verde más claro, engrosamiento de las venas, amarillamiento de las ramas, frutos deformes, semillas atrofiadas, y con ello la muerte productiva de las plantas en un período máximo de ocho años, dependiendo de la edad y condiciones de cultivo.

La mosca de la fruta: La mosca de la fruta o del Mediterráneo, es un insecto holometábolo que procede de África. La actividad de la ‘Ceratitis capitata’ aumenta en primavera llegando a máximos de actividad en verano, pudiendo permanecer inactivas las pupas durante el invierno si las condiciones climatológicas no son favorables. El efecto de la picadura de la hembra sobre el fruto, para realizar la puesta de huevos, se convierte en una vía de entrada de hongos y bacterias que descomponen la pulpa; y a las galerías generadas por las larvas durante su alimentación. Todo esto produce una maduración precoz y caída del fruto y, por consiguiente, la consiguiente pérdida de cosecha.

El cotonet: La temida plaga del cotonet de Sudáfrica se detectó por primera vez en la Región de Murcia en 2021. El insecto que la causa, provoca la pérdida total del valor comercial de los frutos de un árbol, ya que deforma y reduce el tamaño de los cítricos en los que está presente. Aunque inicialmente se halló en la Comunidad Valenciana sobre naranjo y mandarino, en realidad todas las variedades de cítricos son sensibles a su ataque, si bien los tipos de daños parecen ser distintos.

La industria del enmallado en la Región sustenta a 1.500 familias

En la Región hay una industria del enmallado que no existe en el resto de Europa. Tanto es así, que hay 1.500 familias que viven de ese negocio, tal y como explica José Ramón Soriano.

«Cuando los limones salen de la aduana van a los almacenes, los enmallan y los redirigen a cualquier parte de Europa. Entonces tú te vas a Islandia, en verano, y tienes el limón que ha venido de Argentina con el etiquetado que pone que es limón Eureka y el enmallado es de Murcia», añade.

La principal razón por la que los cítricos entran a Europa a través de nuestras aguas, con otros dos puertos en Portugal y Holanda, es un misterio, pero lo que es seguro es que gracias a ese gran tráfico, y a la importante producción de esta fruta icónica de la Región surgió la industria del enmallado, convirtiéndose en un valor añadido y en una fuente de riqueza.

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