Un problema grave. Así califican los vecinos y los comerciantes del Ensanche la situación que viven con la suciedad en sus calles. Se trata de la zona comprendida entre la avenida Reina Victoria y el Paseo Alfonso XIII y enmarcada entre la Alameda de San Antón y la calle Ángel Bruna, un área conocida como la ‘Milla de Oro’ por el precio de sus viviendas, de las más caras de la ciudad.
Un breve paseo por estas calles muestra a las claras la situación. Hojas secas junto a las aceras, orines de mascotas en farolas y portales, restos de comida para gatos ferales, excrementos de palomas y otros fluidos son protagonistas en vías como Príncipe de Asturias y Jiménez de la Espada. Tanto vecinos como comerciantes reconocen la labor de los servicios de limpieza municipales, pero consideran que son escasos debido a la suciedad acumulada en las principales calles de esta zona de la ciudad.
«Es horrible la situación que estamos viviendo tanto comerciantes como vecinos», afirma Esperanza Bermejo, presidenta del área comercial La Milla. «Recibo diariamente quejas de los asociados por la situación en la que se encuentran los comercios antes de abrir la puerta al público», argumenta. Y es que, habla de «fachadas destrozadas por la orina de los perros y excrementos que los dueños no tienen la deferencia de recoger» y de «excrementos de palomas que salpican a los escaparates y a los coches que están aparcados». Una situación que afecta de forma directa a los empresarios y a sus negocios, que podría desembocar en futuros cierres.
También denuncia la colocación de botes de comida para alimentar a los gatos callejeros que hay en la zona, algo que infringe la Ordenanza de Bienestar Animal recientemente aprobada por el Ayuntamiento, que cataloga el «alimentar animales en la vía pública o en las colonias de forma no autorizada» como una infracción leve en el reglamento, con una multa que puede ir de 100 a 1.500 euros según el grado de gravedad y la reincidencia por parte de los dueños.
Supermanzanas
Por su parte, los vecinos critican la suciedad acumulada en sus calles. Los residentes recuerdan que esta zona de la ciudad fue la elegida para desarrollar el proyecto de supermanzanas por parte del Consistorio. Una iniciativa consistente en dar más espacio al peatón, reduciendo los aparcamientos y las emisiones de los vehículos con una circulación más controlada.
«Se podrán crear supermanzanas, pero si no acabamos con la suciedad, será un trabajo en balde porque no se podrá pasear por las calles», argumenta Tomás, un residente de Jiménez de la Espada. «En esta zona hay varias tiendas de calidad y terrazas donde disfrutar de un refresco o una cerveza, pero hay días en los que no se está tan a gusto debido a la suciedad», lamenta Rocío mientras comparte un aperitivo con amigas en Príncipe de Asturias.
Las supermanzanas son uno de los proyectos estrella de la anterior Corporación municipal que tienen su continuidad en esta legislatura. De hecho, la concejala que presentó el proyecto el pasado año fue Cristina Mora, como responsable de Ciudad Sostenible. Una edil que repite en el Gobierno actual en el área de Política Social, Familia e Igualdad y como delegada en Movilidad y Proyectos Europeos. El proyecto busca reducir la polución, el ruido y ganar espacio para los peatones y los medios de transporte sostenibles.