Decenas de bolsas de basura acumuladas en un edificio abandonado de Cartagena ponen en alerta a los vecinos

Hace escasos días el edificio abandonado y a medio construir que se sitúa en la calle Muralla de Tierra, en Cartagena, amaneció lleno de decenas de bolsas de basura cerradas y minuciosamente ordenadas. Esto ha hecho saltar la voz de alarma entre los vecinos, que han denunciado el caso en redes sociales, pidiendo al Ayuntamiento y a la Policía que tomen cartas en el asunto.

Ambrosio Martínez, que reside en uno de los edificios que se encuentra junto a esta construcción y con el que se ha puesto en contacto La Opinión, asegura que todo ocurrió en cuestión de días, de modo que “lo más probable es que hayan actuado de madrugada”. Martínez ha alertado del peligro que corren los vecinos, ante la posible intoxicación que podría provocar un incendio en esta pila de residuos. A este problema, apunta, se suma “la insalubridad, que eso puede generar, proliferando la presencia de ratas e insectos”. 

La minuciosa colocación de las bolsas ha levantado las sospechas de los vecinos, que se preguntan “qué pueden estar escondiendo, teniendo en cuenta lo complicado que es acceder al recinto”. Según ha podido constatar in situ La Opinión, dentro de una de las bolsas había ropa vieja y la zona desprende malos olores. 

Desde el Ayuntamiento han informado a este diario que “se abrió expediente hace unos días y la propiedad alegó la semana pasada que iba a hacerse cargo de la limpieza”. Está prevista una inspección por técnicos municipales en los próximos días y en caso de no limpiarse, el Consistorio lo hará de forma subsidiaria.

Incendio hace un año

Este edificio lleva abandonado desde 2008, cuando se paralizó su construcción, coincidiendo con el estallido de la burbuja inmobiliaria. Desde entonces el solar ha padecido el mismo problema que sufren muchos otros que se encuentran en el centro de la ciudad: abandono y acumulación de suciedad. Este hecho ha provocado el hartazgo de los vecinos de la zona. 

En julio del año pasado en esta construcción hubo incluso un conato de incendio, “debido a que por entonces vivían varias personas dentro del edificio”, según asegura Martínez. Un hecho que se repitió a los pocos días, tal y como plasmó este vecino por aquel entonces en sus redes sociales.

Francisco José García, el presidente de la comunidad de otro de los edificios que se encuentra justo al lado de la construcción, denuncia que todavía hay colchones y a veces se oyen ruidos sospechosos. De hecho, según relata, el pasado sábado, sobre las 12.00 del mediodía, un hombre accedió al terreno por la puerta de obra que se encuentra pegada al edificio de la UPCT abriendo un candado y colocó un tablón de madera en la parte interior de la puerta para que no se pudiera acceder desde fuera.

Este vecino advierte de que “es una situación peligrosa”, pues “no tienen la certeza de qué es lo que se está almacenando ahí ni sobre la gente que está entrando”. En algunas ocasiones, incluso “se han visto a niños entrando en el edificio”, apunta. Ante la situación, los residentes quieren que derriben la construcción “de una vez” y que así el solar “vuelva el entorno natural del Monte Sacro”.