Cartagena

Listo para la inmersión

El submarino S-81 ‘Isaac Peral’ se prepara para sus pruebas finales en el puerto y el mar de cara a su entrega a la Armada

El submarino S-81, ya a flote en el astillero de Navantia.

El submarino S-81, ya a flote en el astillero de Navantia. / LOYOLA PÉREZ DE VILLEGAS

El S-81 ‘Isaac Peral’, primer submarino de la serie S-80 que construye Navantia, ha entrado en la fase final de su periodo de pruebas, «un procedimiento reglado y muy exigente, destinado a comprobar y, en caso necesario, corregir y optimizar el funcionamiento de todos sus sistemas y componentes de cara a su entrega a la Armada en abril de 2023», según explican desde la empresa de construcción naval.

El buque fue puesto a flote este viernes en el astillero de Navantia, una vez finalizada su puesta a punto y tras haber estado varado en seco desde el verano. Tras la maniobra, el buque ha quedado amarrado en el muelle, donde se preparará para sus próximas pruebas de puerto y de mar, incluyendo navegación en superficie, inmersión, navegación en inmersión e inmersión a cota máxima.

Todo el periodo de pruebas se lleva a cabo con «el máximo rigor», según destacó la empresa, con participación de personal de Navantia, la Armada y el Ministerio de Defensa, «con el fin de certificar la excelencia en calidad y operatividad del buque».

El pasado mes de mayo el ‘Isaac Peral superó sin incidencias reseñables su primera navegación por superficie en aguas de la bahía de Cartagena, en la que se pusieron a prueba el manejo de timones, máquinas y se realizaron distintas maniobras para comprobar cómo reaccionaba el submarino.

Avanza la construcción del S-82

En paralelo, Navantia continúa con la construcción de los otros tres submarinos de la serie. El S-82 Narciso Monturiol es el que se encuentra en el proceso más avanzado, pues ya se ha realizado en el astillero la primera unión del casco resistente.

El programa S-80 es el mayor desafío tecnológico afrontado por la industria española, según ha querido recordar la empresa de construcción naval. Con él, España refuerza su autonomía estratégica al convertirse en uno de los escasos países que diseñan y construyen sus propios submarinos. Navantia se convierte en Autoridad Técnica de Diseño. El S-80 supone un salto tecnológico para el arma submarina española, con un sistema integrado de control de plataforma, un sistema de combate y un sistema de armas con capacidad de lanzar misiles tácticos, una capacidad única entre los submarinos no nucleares de la OTAN.