La que antaño se erigió como uno de los principales enclaves del comercio de la ciudad de Cartagena, la calle San Fernando, ha sido de las que más ha sufrido de la degradación del casco antiguo. Tras años olvidada y gracias a las incesantes reivindicaciones de los comerciantes de la zona, este martes por fin han comenzado las obras de mejora de la vía, con el fin de hacerla más atractiva y para que pueda recuperar el encanto que tenía hace años. Los trabajos estarán listos, si todo marcha según lo previsto por el Ayuntamiento, en primavera de 2023 aproximadamente.
Las obras han supuesto una inversión de más de 400.000 euros y consisten en la renovación integral del pavimento, que será antideslizante y se ha elegido siguiendo las indicaciones de los comerciantes; del alumbrado y de la infraestructura hidráulica. En este sentido, se llevará a cabo una renovación de redes de agua y saneamiento, “ya que la actual es antigua y genera problemas de averías y faltas de presión en momentos determinados”, según explicó el gerente de Hidrogea, Andrés Martínez. En esta línea, se van a renovar un total de 52 acometidas de los edificios y solares de la zona y se van a instalar 14 nuevos imbornales, “que se ubicarán en el eje de la calle y que van a recoger, con una mayor capacidad que los actuales, las aguas procedentes de las calles adyacentes en episodios de lluvias”, según detalló el jefe de Infraestructuras del Ayuntamiento de Cartagena, Vicente Pérez.
Asimismo, desde el Ayuntamiento se ha presentado otro proyecto europeo complementario a este donde han incluido la instalación de cable y fibra óptica para que las operadoras haga desaparecer sus cables de las fachadas. Para llevar a cabo esta actuación el Consistorio ha solicitado fondos europeos, “en caso de que no se puedan hacer con fondos municipales”, según aseguró la alcaldesa, Noelia Arroyo.
Los trabajos tienen un plazo de ejecución de cinco meses. Un tiempo superior a lo habitual debido a que el Gobierno no quiere que las obras paralicen la actividad comercial en la zona ni dificulten la accesibilidad. Según detalló el jefe de Infraestructuras, “los trabajos harán una pausa durante la Navidad”.
La regidora quiso destacar que “el equipo de Gobierno y los técnicos municipales han consensuado todos los detalles del proyecto con los vecinos y comerciantes de la zona”. Asimismo, hizo hincapié en que “debido a la zona en la que se van a realizar las obras se llevarán, estas se llevarán a cabo bajo la supervisión arqueológica de la Comunidad”.
El presidente del área comercial de la calle San Fernando, José Antonio Meroño, puso de relieve la “ilusión” de los comerciantes ante el comienzo de las obras. “Nos sentíamos como una zona de segunda clase en la ciudad debido al deterioro que presentaba la calle, esperamos que este impulso la convierta en parte de todo el gran eje de paseo y recreo de la ciudad”, destacó Meroño.
Plaza Juan XXIII
Por otro lado, según anunció la alcaldesa, “en unos días" se anunciará la renovación que se va a llevar a cabo en la plaza Juan XXIII. En esta se llevará a cabo “una ordenación del espacio, de modo que tenga menos obstáculos y elementos que dificultan el paso”, según detalló. Además, “se renovará el pavimento, ya que el actual es muy antiguo, lo que requerirá de una inversión importante. Una actuación que no será de grandes dimensiones, pero que sí que se notará su resultado, debido a que al tiempo que se realizan estas obras se va mejorar también la infraestructura hidráulica de la zona”, subrayó la primera edil.
Escalera Molinete
Las obras para reparar la escalera mecánica que da acceso al parque arqueológico del Molinete, que apenas ha estado en uso desde su construcción, comenzarán dentro de “un par de semanas”, según anunció el concejal de Infraestructuras, Diego Ortega. En concreto, se va a llevar a cabo una inversión cercana a los 50.000 euros para sustituir la totalidad de los vidrios de los tres tramos de escalera por unos tableros de madera más resistentes con el objetivo de minimizar el efecto de futuros actos vandálicos, se van. “En total hemos gastado más de 90.000 euros desde que se instaló la escalera debido a los actos vandálicos, sin contar la actuación que se va a realizar ahora”, lamentó el edil, que hizo un llamamiento “a la conservación del mobiliario urbano”.