Las Zonas de Bajas Emisiones proyectadas por el Ayuntamiento de Cartagena para reducir el tráfico, la polución y el ruido en la ciudad, no terminan de convencer a los colectivos de movilidad, que las han calificado de «insuficientes». Por ello, han presentado una serie de alegaciones para hacer hincapié en tres cuestiones clave: la ampliación de la zona en la que se quiere crear una ‘supermanzana’, que se tenga en cuenta la contaminación que sufre el casco histórico debido a la presencia de los cruceros y la inclusión de zonas de aparcamiento disuasorio próximas a los límites de la ZBE «que estén bien comunicadas con el centro de la ciudad».
Los colectivos han expresado su «decepción» tras la lectura del proyecto propuesto por el Consistorio, ya que les resulta «poco ambicioso, sobre todo después de ver las posibilidades que ofrecían las directrices marcadas por el documento base del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico», asegura Loto Fernández Rámila del colectivo ciudadano MoviliCt por tu Salud.
La ‘supermanzana’ proyectada por el Ayuntamiento, y en la que se aplicará la ZBE, abarca las calles interiores que se sitúan en el espacio comprendido entre el Paseo Alfonso XIII, la Alameda de San Antón, la avenida Reina Victoria Eugenia y la calle Juan de la Cosa. En este sentido, los colectivos denuncian que «al dejar fuera de las ZBE el espacio comprendido entre Reina Victoria y la calle Jorge Juan o entre Juan de la Cosa y la avda. Pintor Portela, lo único que se va a conseguir es trasladar los problemas a dichas zonas, con lo que aumentará el tráfico rodado y los perjuicios paralelos a él, tales como: contaminación acústica y ambiental, pérdida de espacio público para los ciudadanos y más inseguridad vial».
Según apunta Eduardo Lucas Muñiz de la asociación Bicue, «hay que tener en cuenta que entre esas calles existen grandes focos de atracción, como el Corte Inglés; y mucho movimiento de población en edad escolar más vulnerable, al haber centros educativos como el colegio Virgen del Carmen, Maristas, el IES Isaac Peral ; o el Campus Alfonso XIII de la UPCT».
Otro de los puntos criticados por los colectivos de movilidad ha sido el de dejar fuera el impacto de los cruceros. «No entendemos que a la hora de hablar de agentes contaminantes, no se recoja en este documento los emitidos por los cruceros, que cada vez llegan en mayor número a nuestra ciudad; y los que llegan arrastrados por los vientos de componente sur, desde el Valle de Escombreras», apunta Paula Valdivieso Ferrandiz del colectivo Madres por el Clima.
«Otro aspecto que debería incluir», apunta Susana Otón de MoviliCt, «es el de la creación de zonas de aparcamiento disuasorio aprovechando la infraestructura existente (Mandarache, Aparacamiento del futuro CC Rambla). Estas deberían estar bien conectadas con el centro de la ciudad, tanto por transporte público como por carriles bici y aceras accesibles. También sería buena idea tener en cuenta la posibilidad de alquilar bicicletas o patines eléctricos en dichas zonas».