Uno de los grandes proyectos del Ayuntamiento para reducir la polución, el ruido y ganar espacio para los peatones y los medios de transporte sostenibles es la construcción de las denominadas ‘supermanzanas’ en la ciudad. Una iniciativa que se enmarca dentro de la ordenanza de Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Para comenzar, el Consistorio quiere llevar a cabo un proyecto piloto en una zona concreta del Ensanche, en la cual crearán un pequeño «laboratorio urbano» que monitorizarán, para ir ajustando el funcionamiento de esta zona de bajas emisiones antes de saltar a gran escala al resto de manzanas de la zona, según ha explicado a La Opinión la edil de Ciudad Sostenible, Cristina Mora.

Esta primera supermanzana está proyectada en las calles interiores que se sitúan en el espacio comprendido entre el Paseo Alfonso XIII, la Alameda de San Antón, la avenida Reina Victoria Eugenia y la calle Juan de la Cosa.

La primera ZBE se situará entre Alfonso XIII, la Alameda de San Antón, Reina Victoria y Juan de la Cosa

Los vehículos circularán, principalmente, por Santiago Ramón y Cajal, Juan Fernández, Ángel Bruna, además de Paseo Alfonso XIII, la Alameda de San Antón, la avenida Reina Victoria Eugenia, y la calle Juan de la Cosa. La velocidad en estas calles estará limitada a 50 kilómetros por hora y podrán transitar por ellas turismos, vehículos de suministros y transportes públicos.

En las vías ubicadas dentro de la supermanzana, entre las que se encuentran Príncipe de Asturias, Manuel Wssell de Guimbarda, Tierno Galván, Jiménez de la Espada, Pintor Balaca, Cartagena de Indias y San Martín de Porres, la velocidad estará limitada a 30 kilómetros y por ellas no podrán circular autobuses. Además, se ampliará el espacio para los peatones y se construirán carriles bici.

Eliminarán aparcamientos y tramos de asfalto en algunas vías

En algunos de los cruces entre las vías ubicadas dentro de las supermanzana, el Consistorio pretende eliminar algunos aparcamientos y otras zonas de asfalto en lugares en los que la superficie sea muy amplía. El objetivo de esto es el de «retorcer la trama viaria, a saber, curvarla en algunas zonas para que la vía deje de ser completamente lineal y, de este modo, se pueda evitar que los vehículos circulen con exceso de velocidad», según ha explicado la concejala Cristina Mora. Estos nuevos espacios se destinarán a un uso público, ya sea para construir nuevos carriles bici o colocar macetas, bancos y demás mobiliario urbano.


Hace escasos días, algunos colectivos de movilidad como MoviliCT, Asociación Vía Libre o Madres por el Clima, que asistieron a la Mesa de Movilidad celebrada el pasado 4 de julio, en la que el Consistorio les mostró las líneas maestras de la ordenanza de Zona de Bajas Emisiones y de las supermanzanas, criticaron que el documento dejaba de lado las actuaciones contra la contaminación acústica.

En este sentido, la edil ha querido recalcar que «la creación de las supermanzanas, gracias al calmado del tráfico, es posiblemente la más efectiva a la hora de reducir el ruido que producen los coches en la ciudad». También ha querido aclarar que, «desde el punto de vista jurídico, no tiene sentido regular de manera específica en materia de ruido la ordenanza de ZBE para evitar disfuncionalidades, debido a que ya existe otra ordenanza reguladora específica para esta materia». Además, se instalarán cámaras y sensores para monitorizar el tráfico y controlar la contaminación acústica y ambiental de la zona.

La velocidad en calles como Príncipe de Asturias o Wssell de Guimbarda estará limitada a 30 km/h

La ordenanza de ZBE también recoge, en una primera instancia, el control del casco antiguo, donde se pretenden consolidar los desplazamientos peatonales y sobre todo de ciclistas, y para ello apostarán por nuevos itinerarios que faciliten también la inserción de los nuevos vehículos de movilidad personal eléctricos.

Participación de los colectivos

La idea de este proyecto piloto es el de aplicarlo posteriormente a gran escala en el resto de manzanas del municipio, en función de los resultados obtenidos.

«Una iniciativa que se llevará a cabo de manera gradual y consensuada con vecinos, comerciantes y el resto de colectivos implicados», ha puntualizado Mora. En este sentido, la concejala ha querido resaltar que todos «los grupos y colectivos interesados van a poder realizar todas las aportaciones que quieran al documento, pues, además del preceptivo proceso de exposición pública para alegaciones que marca la ley, se abrirá previamente una fase de aportaciones para que puedan aportar ideas», ya que desde el Ayuntamiento quieren que sea un «documento colaborativo, en el que la participación ciudadana sea su columna vertebral».