Los restos del restaurante Katy de Cabo de Palos se resisten a ser derribados. El pasado 15 de junio la Concejalía de Urbanismo dio 48 horas a los propietarios para que procedieran a su demolición, debido a que se encuentra en situación de ruina inminente y supone un riesgo para los transeúntes. Ante la ausencia de respuesta y debido a que no autorizaron al Ayuntamiento para que se encargara de las obras de forma subsidiaria, el Consistorio ha solicitado la autorización de la Dirección General de Costas para proceder a la ejecución de la demolición, debido a que los restos del local se encuentran en dominio público marítimo. Según han asegurado fuentes municipales a La Opinión, «aún están a la espera» de obtener el visto bueno, que «esperan que sea pronto», ya que quieren «actuar cuanto antes».
En concreto, el Ayuntamiento se encargará de demoler la construcción en su totalidad; de desescombrar y limpiar la parcela; de instalar un vallado perimetral y de anular los suministros de agua, electricidad y saneamiento. Posteriormente remitirán la factura a los propietarios.
A día de hoy, las ruinas del restaurante siguen crispando a los vecinos, que ven cómo pasan los días y no se lleva a cabo ninguna actuación. En este sentido, estos han advertido de que una de las paredes del local está a punto de venirse abajo, poniendo en riesgo la integridad de los vecinos que frecuentan la zona.
El local, situado en la carretera de subida al Faro de Cabo de Palos, junto a la playa de Levante, se encuentra cerrado desde noviembre de 2019, después de que los propietarios, la familia Trillo Figueroa, consiguieran una orden de desahucio para echar a quienes llevaban el negocio desde hacía seis décadas.
