La Policía Nacional de la Región mantiene abierta la investigación tras la batalla campal vivida la pasada noche en la ciudad de Cartagena, indican fuentes policiales, que explican que todo comenzó porque unas personas tenían la música muy alta y se las requirió para que la bajasen. Un aviso por ruidos que se tornó en violencia, mordiscos incluidos.

A partir de ahí, ante la presencia policial, los presentes reaccionaron con agresividad: gritos, golpes, puñetazos, carreras, agentes en el suelo y coches policiales atacados, como se ve en vídeos que vecinos y testigos grabaron del asunto. Los hechos tuvieron lugar en la Plaza de la Asociación de Vecinos de Nueva Cartagena.

Al aviso se movilizaron patrullas de la Policía Local en la ciudad portuaria. Lo que halló la Policía al llegar fue a varias personas con un altavoz portátil y la música a un volumen muy alto. Les pidieron que la bajasen. Y ahí empezó la violencia.

'La música no la voy a bajar, por mis cojones, y la voy a subir más', dijo uno de los presentes, afirman fuentes cercanas al caso. Después, más amenazas, con insultos como "hijos de puta", dirigidos a los policías. Y tras las palabras, las agresiones. Varios de los agentes personados sufrieron el impacto de objetos lanzados por los implicados en el suceso, objetos que impactaron en sus chalecos antibalas, afirman testigos. Al verse sobrepasados, hubo que pedir refuerzos y al lugar se desplazaron también miembros del Cuerpo Nacional de Policía.

Algunos de los policías atacados recibieron hasta mordiscos por parte de participantes en la batalla campal. A uno de ellos lo golpearon con un casco de moto, algo que captaron vecinos con sus teléfonos móviles, en grabaciones que fueron puestas en conocimiento de la Policía. El episodio se saldó con varios agentes lesionados, con contusiones, aunque afortunadamente no corrió peligro la vida de ninguno de ellos.

Un hombre pasa junto a uno de los contenedores incendiados tras la batalla campal en Cartagena. IVAN URQUIZAR

Vecinos aseguraron que la calle Nueva Cartagena no está en un barrio peligroso, aunque hay una zona, en la Urbanización Mediterráneo, donde viven "personas problemáticas". También suelen acudir a la zona personas procedentes de la barriada de San Antón, otra zona conflictiva. Muchas de estas personas, jóvenes y hasta menores de edad, organizan en la zona botellones, con música procedente de altavoces (como en este incidente) y molestias para los residentes, que avisan a la Policía. Situaciones, como este martes por la noche, en las que acaba estallando la violencia.  

Tras los sucesos, dos jóvenes de 19 y 31 años permanecían este martes detenidos. Se arrestó a un tercero, de 17, que ya fue puesto en libertad por ser menor, confirma el cuerpo. La Policía buscaba a más participantes en la pelea, muchos de los cuales se dedicaron a quemar contenedores después. Los incendios de contenedores generaron alarma entre los vecinos. Los dos primeros que ardieron, según detalla el 112, fueron precisamente en la Urbanización Mediterráneo, epicentro del violento episodio.

Fuentes policiales aseguraron que tuvieron que acudir unidades de otros distritos a apoyar, debido a las carencias de medios, humanos y materiales, con los que cuenta la Policía cartagenera.

Tras lo sucedido, desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP) hicieron "hincapié en la necesidad de material adecuado para GAC y GOR en estas intervenciones" y remarcaron que "la falta de personal reafirma nuestra reivindicación sobre la ampliación del Catálogo de Puestos de Trabajo en Cartagena". Desde UGT, por otro lado, dijeron que "faltan 200 policías locales en Cartagena y pronto serán 300".