Toda Cartagena aspira a convertirse en el puerto más importante del Mediterráneo. Un puerto que no solo atrae turistas, sino también un importante flujo de mercancías cuyo destino final no tiene por qué ser la Región de Murcia, sino un punto que por situación estratégica y buenas comunicaciones pueda convertirse en centro de la logística española. Un puerto que no pase necesariamente por el mar, el polígono industrial de Los Camachos aspira a convertirse en un puerto seco que sirva de escala de productos para toda España, Europa y área mediterránea.

Esta Zona de Actividades Logísticas (ZAL) es una demanda histórica de los empresarios de la Comarca de Cartagena y, pese a que el proyecto contó con serias dudas y reveses en sus primeros momentos, la actualidad es bien distinta. A día de hoy, el proyecto cuenta con un amplio consenso institucional para salir adelante, la Comunidad Autónoma ya ha puesto un capital sobre la mesa de dos millones de euros a través del Instituto de Fomento (INFO) para poner en marcha el proyecto y pronto se espera que sea la Autoridad Portuaria del Puerto de Cartagena la que realice su inversión para la adquisición de los terrenos. También se urge a la Entidad Estatal del Suelo (Sepes) que pueda agilizar esta adquisición de los terrenos por parte de la Autoridad Portuaria.

El 80% de la superficie destinada a parcelas para las empresas que quieran posicionarse en esta zona logística ya tendría compradores

Y toda esta urgencia viene porque el proyecto no contempla otro escenario que no sea convertirse en una pronta realidad. La llegada a la Región de Murcia de uno de los gigantes logísticos internacionales y el auge del Puerto de Cartagena como un gran punto de entrada y salida de mercancías hacen que la Región se sitúe a la cabeza de un nuevo panorama de proyección logística en España.

Tanto es así, que el Ayuntamiento de Cartagena ya ha anunciado que el 80% de la superficie destinada a parcelas para las empresas que quieran posicionarse en esta zona logística ya tendría compradores. De ellos, muchos serían empresas internacionales.

Este porcentaje no es nada desdeñable sabiendo que entre el área de servicios (16 hectáreas) y el área específicamente logística (146), toda esta superficie suma un total de 162 hectáreas a falta de añadir el espacio destinado al nuevo área intermodal ferroviaria. El total es de una bolsa de 3,5 millones de metros cuadrados que actualmente cuentan con una titularidad pública.

El entendimiento inicial de todas las administraciones en la potenciación de este área debería acortar los plazos hasta que un área logística tan ambiciosa como la ZAL de Cartagena sea una realidad. Y para lograr esta realidad, se hace fundamental la llegada de la Alta Velocidad Española (AVE) a Cartagena, cuyas obras entre Murcia y Cartagena han sufrido un imprevisto de carácter geotécnico para el desarrollo de la infraestructura que puede obligar a buscar alternativas.

Fomentar el transporte de mercancías por ferrocarril y descongestionar la ciudad

Cartagena mira al futuro desde su perspectiva más empresarial con la vista puesta en la mejora que supondría esta ZAL para toda la comarca, para la Región o incluso para todo el Estado y la articulación logística de Europa. En este sentido, esta nueva instalación supondrá el aumento del transporte de mercancías por ferrocarril, un medio de transporte más limpio que contribuiría a una cadena de mercado más responsable con el medio ambiente.

A su vez, este asentamiento empresarial contribuiría a eliminar la congestión urbana de la ciudad en el entono del puerto al suprimir el tránsito de los vehículos pesados en esta zona. La creación de este espacio también beneficiaría al comercio de las empresas de la Región con el resto del país e incluso con el Arco Mediterráneo europeo.

No solo España, Europa sería una de las grandes beneficiadas por la puesta en marcha de este conglomerado logístico. Por eso no es casualidad que la Unión Europea ya haya empezado a apostar por la ZAL de Cartagena a través del programa CEF (Connecting Europe Facility). Un proyecto que en sus primeros momentos tuvo que presentar un Estudio de Viabilidad Técnica y Económica que efectivamente, resultó positivo. Un hecho que hoy se corrobora con el interés de grandes empresas internacionales, de las que aún no se han desvelado nombres concretos, para su inversión e implantación en esta zona estratégica.