El entorno de la batería y el acuartelamiento militar de Fajardo recuperará su flora autóctona gracias al proyecto de reforestación que la asociación Arba ha puesto en marcha en la zona norte de la ladera. Se trata de un ambicioso plan para repoblar el entorno con ciprés cartagenero, en el que los voluntarios de la asociación plantarán más de 3.000 ejemplares en un espacio de 400.000 metros cuadrados durante los próximos tres años.

De esta manera, Arba pretende conectar a través de la ladera de Fajardo, el bosque de La Algameca y el de San Julián para recuperar el hábitat del ciprés de Cartagena que, además de ser «árboles todoterreno que aguantan la sequía, es una de las especies que más CO2 compensa según los cálculos del Ministerio para la Transición Ecológica», explica el presidente de Arba en Cartagena, José Luis Sánchez.

Tras finalizar otros proyectos en Calblanque y la Sierra de La Muela, Arba quería poner en marcha una nueva reforestación «en el entorno de la ciudad», indica Sánchez. Fue entonces cuando se pusieron en contacto con la Armada, propietaria de los terrenos y, tras recibir el visto bueno de los militares, comenzaron a buscar financiación para poder materializar el proyecto. La empresa Prosur se ofreció a costear la reforestación.

Los ejemplares más altos se ubicarán en la falda de la colina para que no interfieran en la visión de la fortaleza militar

En el entorno de la batería y el cuartel de Fajardo viven cientos de ejemplares de jabalí. «Este es uno de los principales problemas, junto a la erosión de que el terreno no esté en buenas condiciones para plantar», indica Sánchez. Por este motivo, los voluntarios de Arba llevan una semana restaurando las pedrizas y albarradas del entorno, para facilitar la plantación. «Estamos esperando a que pasen las lluvias de otoño para ponernos manos a la obra», explica el presidente de Arba. Mientras tanto, la asociación está instalando en la ladera el sistema de riego por goteo.

Además del ciprés cartagenero, en la reforestación se recuperará el arto, un arbusto espinoso que crece exclusivamente en puntos concretos de la costa del sureste de la Península Ibérica que se combinará con otras variedades autóctonas como lentiscos y palmitos.

Para no interferir con la visión de los dos monumentos, Arba acordó con la asociación Aforca distribuir la plantación de manera decreciente, para que los árboles más altos estén en la falda de Fajardo y los arbustos se ubiquen mas próximos a la cima.