El casco antiguo y las calles más céntricas de Cartagena no pasan por su mejor momento. Contenedores hasta arriba, basura en las calles y hasta cucarachas. Esto es lo que se encuentran los vecinos de la zona centro cuando transitan por la plaza de La Merced, la calle Carlos III o Cuatro Santos.

A la Asociación de Vecinos del Casco Histórico de Cartagena han llegado durante el mes de agosto decenas de críticas. Su presidente, Tomás Sánchez, asegura que «es una pena que, con la ciudad repleta de turistas, el centro luzca como un estercolero debido a la dejadez extrema».

Los vecinos lamentan que el centro histórico esté «abandonado» y que el servicio de limpieza sea «tan deficiente» como para que sean los propios residentes los que en ocasiones tengan que mantener el portal de sus edificios a raya ante la falta de «salubridad».

Contentedores de la Calle Carlos III llenos de basura delante de comercios en unas fotografías facilitadas por la Asociación de Vecinos. L. O.

Para los habitantes del casco histórico, la «mala imagen» que proyecta el centro de la ciudad portuaria, sumado a la actual situación en la que se encuentra el Mar Menor, provocará «el éxodo de los visitantes que, hasta ahora, elegían el término municipal de Cartagena por sus playas y su arquitectura modernista», asegura Sánchez.

A la basura en las calles del centro, se suma la odisea de los comerciantes de Carlos III que, con los contenedores hasta arriba desde primera hora, han solicitado al Ayuntamiento de Cartagena movilizarlos hasta otro punto de la calle, ya que dificultan el acceso de los clientes a sus negocios, como es el caso de la Peluquería Paname, que abrió sus puertas recientemente y teme que la imagen del centro afecte a su empresa.

Los hosteleros de la plaza San Francisco mantienen la zona a punto para atraer clientes

Así, los residentes se quejan también de la gran cantidad de cucarachas con las que se topan en el centro de la ciudad, en especial, en la plaza del Lago y el barrio universitario.

También con la falta de mantenimiento del Parque Juan XXIII, que «está lleno de hojas secas y tierra de la zona del parque en los adoquines», apunta el representante vecinal.

Asegura también que la única «zona limpia» del centro de la ciudad es la plaza San Francisco, precisamente porque debido a la gran cantidad de bares y restaurantes, son los propios hosteleros los que se preocupan por mantener limpio su espacio de trabajo «para evitar que los clientes salgan huyendo».

Aunque los vecinos sospechaban que el «bajón» en la limpieza podría estar relacionado con las cinco toneladas de peces que se están retirando del Mar Menor tras el episodio de anoxia, desde el Ayuntamiento sostienen que «no ha habido cambios y el servicio que presta Lhicarsa no ha disminuido», añadiendo que en el Mar Menor están limpiando las brigadas del contrato del litoral con la empresa Orthem, además de brigadas de la Comunidad Autónoma.