Ángel Pérez, de 73 años, ha cogido una rutina que lleva cumpliendo desde el año pasado. Lo primero que hace por las mañanas, nada más levantarse, es coger su rastrillo e irse a la playa de Punta Brava en Los Urrutias a retirar los kilos de algas descompuestas que se acumulan constantemente en la orilla. Un trabajo que hace Pérez voluntariamente ya que, según señalan los vecinos de Punta Brava, todavía no se ha acercado un operario del servicio de limpieza de playas y mantenimiento del litoral del Ayuntamiento de Cartagena a la orilla para limpiar las algas que imposibilitan el baño y desprenden mal olor.

«Me da lástima que se pudra la playa y por eso limpio a diario las algas de la ‘playa abandonada’. La llamamos así los vecinos porque nunca vienen los limpiadores», afirma Pérez, que está pendiente de si acuden los operarios a limpiar para ahorrarse el trabajo porque «con la edad y estas lumbares» cada día le cuesta más. Aun así, todavía no los ha visto pisar la orilla. «Hace quince días no se ha arrimado ni un pájaro», indica. Ayer los operarios estuvieron preparando la playa para el baño instalando lavapiés, pero no se dedicaron a la retirada de algas.

Lucía Martínez, que veranea en Los Urrutias, al igual que la mayoría de los viandantes del paseo, creyó, la primera vez que vio a Pérez, que era un operario, pero después de ver el «rastrillo casero» con el que retiraba las algas y su avanzada edad reparó en que era su vecino. «Lo hace Ángel porque ningún trabajador lo hace. No nos dan ni servicios mínimos», dice.

Numerosos vecinos y veraneantes de Punta Brava han mostrado a esta Redacción su gran enfado y sentimiento de abandono: «Pagamos impuestos y no nos dan ni siquiera un buen baño. Mientras a los de La Manga los tienen en paños de flores», lamentan. En Los Urrutias ven cómo cada año se incrementan los carteles de ‘se vende’ y la playa está cada vez en peor estado. Ellos mismos admiten que ya no toman su baño allí.