"Rebotada de Murcia y familiarizada con los hábitos de su partido de encontrar ventanas por las que colarse cuando te echan con un portazo, ha encontrado cobijo en nuestra ciudad adaptándose a la figura de tránsfuga que inevitablemente le perseguirá". Así definen desde Movimiento Ciudadano (MC) a la nueva alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, que sustituye desde hoy en el cargo a Ana Belén Castejón.

Referencias al Mar Menor y al Molinete en las concentraciones ciudadanas. Iván Urquízar

Mientras tenía lugar el Pleno, ciudadanos de Cartagena se manifestaban en la puerta del Palacio Consistorial para recordar, por ejemplo, que una de sus prioridades es el Molinete y otra "un Mar Menor vivo". Los vecinos protestaron guardando las distancias de seguridad y con mascarilla, por la pandemia de coronavirus. 'Cuatro Picos se defiende, cada árbol cuenta', rezaba el cartel que portaba un hombre. Otros clamaban contra la "polución" y la "agroganadería intensiva" en Cartagena, que tacharon de "ecocida". "La Tierra es un ser vivo, la estamos matando; si muere, morirás", se leía en letras negras sobre fondo blanco en un cartel, donde habían dibujado una calavera.

Vecinos concienciados con el medio ambiente. Iván Urquízar

En un comunicado colgado en su web, José López, líder de MC, sentencia que "Cartagena cuenta con la primera alcaldesa elegida con votos tránsfugas. Un fraude a la democracia que se llama Noelia y se apellida Arroyo".

“El PP, un partido que actúa como la mafia, ha comprado su vuelta a una alcaldía para que la capital de la corrupción en que convirtió durante 20 años a Cartagena sea también ahora la del transfuguismo”, opina López, que, cuando bajó a la calle, fue aplaudido por algunos de los concentrados en la plaza.

Los ediles de MC se fueron del Pleno porque "ni hemos querido escuchar a la golpista Arroyo, una sardina desterrada que hoy nos imponen. Nuestro sitio está junto a los cartageneros”, aseveró López. A su juicio, “Cartagena ve como los proyectos se alejan porque un grupo de cuatreros se ha juntado para repartirse cuatro años de exiguo botín”.

“Sus sueldos son 214.000 euros al año, pero su precio es muy superior, pues equivale al porcentaje por robar y dejar robar a concesionarias y constructores el dinero y el futuro de los cartageneros y de nuestra amada Cartagena”, precisó, para añadir que “nos quedan menos de dos años de secuestro de la institución y del municipio. Comienza hoy la cuenta atrás”.