Llega el momento del traspaso. Ana Belén Castejón cede en los próximos días el cargo de alcaldesa de Cartagena a Noelia Arroyo tras dos años al frente. Aunque, en realidad, la exdirigente socialista culmina cuatro años completos, su mandato particular, al frente del segundo ayuntamiento más importante de la Región. Y en los dos años que quedan, como ella dice, «puede pasar de todo».

Se acabó su tiempo. ¿Orgullosa?

Me siento orgullosa de mis cuatro años de alcaldesa. En los primeros dos años goberné en minoría y aprendí la importancia del pacto. Conseguimos sacar el presupuesto más votado de la historia, con 24 de los 27 concejales que forman la Corporación. Ni Pilar Barreiro con mayoría absoluta consiguió algo así. Ahí entendí que debía seguir por ese camino.

Se lleva muy bien con su sucesora. ¿Deja la ciudad en buenas manos?

Claro. En manos de un equipo de quince personas con una cara visible que, en lugar de Ana Belén Castejón, será Noelia Arroyo. Nos quedamos los mismos concejales trabajando al mismo ritmo. Ha habido muy buena sintonía entre todo el equipo de Gobierno.

Le pasa el testigo cuando llega la recuperación. Usted pasó la DANA y la pandemia. Le tocó la parte más dura del mandato.

Yo voy a estar al pie del cañón al igual que Noelia Arroyo, que también estuvo trabajando durante las crisis que hemos vivido. Ahora seguiré poniéndome al servicio del Ayuntamiento y ofreciendo mi experiencia.

¿De qué se siente más satisfecha?

Hemos vivido un hito en la historia arqueológica de Cartagena. El Ayuntamiento llevaba muchísimos años sin contar con tanta financiación del Gobierno de España para el Anfiteatro Romano. También hemos conseguido la financiación suficiente, gracias a la Fundación Repsol, para abrir el Museo del Barrio Romano. Pronto, tengo que añadir, la casa natal de Isaac Peral se abrirá como museo. Y no me quiero olvidar de que ya se están viendo los frutos del desbloqueo del plan parcial Rambla, con la Avenida del Cantón, que supone la expansión de la ciudad. Cartagena estuvo treinta años sin mirar a esta zona.

Y, de repente, la pandemia.

No venía con manual de instrucciones, pero tuvimos la agilidad y velocidad suficiente para aparcar la hoja de ruta a la que nos comprometimos y atender lo urgente: salvar vidas y ayudar a la gente que no tenía recursos para salir adelante. Nuestro dispositivo de emergencia social ha tenido el reconocimiento de las entidades sociales, que también supieron estar a la altura. En plena crisis; eso solo lo puede hacer un Gobierno estable. Ahí está el éxito. Y lo conseguimos sin estridencias, sin gritar, mirando a los vecinos a la cara.

"Nos hemos convertido en el motor del crecimiento económico de la Región y en su capital turística"

Estridencias ya sufrió en sus dos primeros años como vicealcaldesa, con José López.

Claro, tuve que aguantar la vergüenza de ver al máximo representante de los cartageneros actuar de forma muy poco modélica en actos protocolarios. Por eso valoro el pacto que tenemos ahora. ¿Y qué consiguió con tanto grito? Nada. El cartagenerismo exigente lo empecé a llevar a cabo yo en mis dos años en solitario y lo seguimos practicando ahora. Se trata de exigir a todas las administraciones para hacer más grande y más próspera a Cartagena. Así nos hemos convertido en el motor del crecimiento económico de la Región, en su capital turística y su principal polo industrial.

¿Con qué espinita se queda?

El Mar Menor. No hemos sido capaces de sentar en la misma mesa a las dos administraciones que tienen más competencias.

¿Por qué cuesta tanto?

No sé. Lo que no queremos es que nos mareen. El Ministerio quiere que le vaya bien a Cartagena y también lo desea el Gobierno regional. Que nos pongan deberes a los ayuntamientos ribereños, que lo estamos deseando, ya que somos los que vivimos con los vecinos y sufrimos por el Mar Menor.

"Espero y deseo que podamos encontrar la solución al Mar Menor durante los próximos dos años"

¿Se ha sentido como alcaldesa entre la espada y la pared ante el conflicto entre ecologistas y agricultores por la contaminación de la laguna?

Al contrario. Siempre he estado con los vecinos. Cuando estaba en la oposición fui la primera que me puse con una pancarta para pedir la protección del Mar Menor. Como vicealcaldesa y alcaldesa también lo he hecho. Pero es que yo soy de Pozo Estrecho, he visto a la gente de mi tierra luchar y pasarlo muy mal. Cuando nos falló el modelo del ‘boom’ inmobiliario y la construcción, ¿quién sacó la economía para adelante? Los agricultores. Los mismos que llenaron los supermercados de alimentos durante la pandemia. No hay que demonizarlos. Ecologismo y agricultura son compatibles, pero tenemos que sentarnos todos en una misma mesa y diseñar un nuevo modelo. Los agricultores lo están deseando. Ahora bien, no podemos exigirles un método nuevo de producción más caro y no ofrecerles ayudas. Al final, todo pasa por el pacto.

La ministra no dio opción al diálogo cuando cambió las normas de explotación del Trasvase.

Y yo le hubiera dicho lo mismo que le dijeron los agricultores. No se pueden reducir los caudales sin dar soluciones. No se pueden tomar decisiones así desde un despacho en Madrid.

No la veo yéndose a su casa en 2023.

Ana Belén Castejón Hernández es una mujer muy proactiva y de mente inquieta. Tengo servicio de vocación pública de siempre.

¿Se sigue considerando socialista?

No es que me siga considerando socialista, es que nunca dejé de serlo. Tengo los mismos valores y hemos sido pioneros en este mandato en políticas progresistas y sociales. El socialismo no lo da un carné. A mí me lo han arrebatado y al Ayuntamiento de Cartagena lo han despojado de tener un grupo parlamentario socialista.

El PSOE de Cartagena pidió hace unos días que no se votara a Arroyo como alcaldesa con sus actas de concejales.

Primero, no entiendo que me pidan nada si dicen que no soy socialista. En segundo lugar, los socialistas votaron a Ana Belén Castejón. Y, en tercer lugar, para mí es muy importante la palabra dada y la vamos a cumplir. Así me lo enseñaron mis padres.

¿Le gustaría volver al PSOE y recuperar su carné?

Qué duda cabe. Llevo el PSOE en las venas. De hecho, muchas veces sigo hablando de él como mi partido y me corrigen los periodistas. Lo siento mío. Por eso viví muy mal la expulsión después de haber sacrificado por ellos mi vida profesional y personal. En política, de todas formas, dos años dan para mucho.

¿Es posible un acercamiento entre usted y Diego Conesa?

Eso se lo tendrá que preguntar a él. Yo siempre he tenido las puertas abiertas. Pedí perdón e hice todo lo que me pidieron, como dimitir de todos mis cargos. Los socialistas debiéramos haber aprendido la lección después de la crisis de la covid: nadie resta, todos sumamos y algo podemos aportar.

¿Volvería a ser candidata si la readmiten?

Me lo tendría que pedir el partido, pero yo voy a estar donde el destino me lleve y, si los ciudadanos quieren, ¿por qué no?

¿Y si no se lo piden, estaría dispuesta a ser candidata por otro partido?

En política todo puede cambiar tanto... Vamos a ver qué pasa.

Habrá quien piense en que el problema no está en lo que hizo, sino que se equivocó el PSOE.

La autocrítica es sana, no solo en política. A mí me ayuda a ser más templada y mejor persona. Cuando al PSOE de Cartagena le va bien, al PSOE regional le va bien, y viceversa. Tras ver los últimos resultados del Cemop —el PSOE pierde apoyos y es superado por el PP—, convendría reflexionar. El ciudadano percibe cuándo alguien le dice la verdad y cuándo no.

"Me siento afortunada de tener la confianza de grandes figuras del PSOE a nivel nacional"

Entiendo que mantiene el contacto con muchos dirigentes socialistas.

Demasiada gente, de todos los niveles. Qué pena me da no poder decirlo, que no se pueda hablar en libertad en el PSOE y me llamen a escondidas. Vaya un ambiente más triste que debe de haber.

¿La llaman a escondidas?

No eso, pero me piden que no lo desvele. Me felicitan, me dan consejos, me los piden... También tengo contacto con excompañeros de Madrid.. Creo que debe llegar algún día el momento en el que podamos reencontrarnos todos. Si me llaman, allí estaré.

"El AVE está pendiente, pero nunca dije fechas"

¿Está realmente más cerca la Alta Velocidad de Cartagena?

El AVE es una asignatura pendiente, no solo mía, también de equipos anteriores. Pero hay una cosa buena que destaco de este Gobierno municipal y del Gobierno de España: nunca hemos dicho fechas y nunca hemos mareado a la gente.

Se refiere a que nunca ha apostado a tomarse las uvas en Madrid. 

Lo ha dicho usted, no yo. Ahí es donde está la credibilidad del político. Yo confío en el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, responsable de esto, que es el que, por cierto, más ha apostado por Cartagena. Hasta que no vea lo contrario, seguiré creyendo en que hay una hoja de ruta, una previsión y que se está a la espera de unos fondos de financiación europeos. Es verdad que estamos más cerca, cuando no sea así, lo diré porque hablo claro. Por otra parte, tengo que romper una lanza por la Administración central, que se encontró unas Cercanías en un estado deplorable. Nunca antes se había invertido tanto en Cercanías. 

La ZAL también está enquistada.

La Zona de Actividades Logísticas depende del mismo Ministerio. La Dirección del Sepes ha tenido una lealtad y una capacidad de trabajo conjunto encomiable con el Consistorio que hay que reconocer. Se aparcaron las ideologías y nos pusimos a trabajar. Muy pronto se verán más actuaciones.