Con más de un centenar de amigos, vecinos y familiares José Antonio Luque, vecino de Cabo de Palos, esperaba que este viernes emocionado pero "tranquilo" a que los funcionarios de la Demarcación de Costas le requirieran las llaves de su único domicilio tras jubilarse a los 79 años de edad en la playa de Levante de esta localidad costera. Un acto que finalmente no se ha producido.
Los abogados de Luque han interpuesto un recurso ante la Audiencia Nacional solicitando como medida cautelar la suspensión del desalojo. La Audiencia dictaba ayer por la tarde un auto dictando la suspensión.
Sin embargo, la notificación no ha llegado a la Demarcación de Costas, que se personaba en la vivienda pasadas las once de la mañana. En ese momento los abogados de Luque entregaron a una de las funcionarias de Costas el auto por el que se suspendía, de manera cautelar, la entrega de llaves, ante la presenciade decenas de vecinos que se agolpaban tanto en el exterior como en el interior de la vivienda para protestar ante el posible desalojo.
"Tampoco te las pensaba dar", afirmaba Luque a la funcionaria. El médico jubilado explicaba entre lágrimas a LA OPINIÓN que está empadronado en Cabo de Palos: "He vivido aquí media vida y esta es mi única casa. Quiero morir aquí", narraba emocionado.
La lluvia y el mal tiempo no han frenado a las más de 100 personas que acudían para apoyar a Luque, pancartas en mano, para protestar porque a su juicio el derribo de su vivienda es "injusto y atropellado", y atenta además contra la identidad del pueblo de Cabo de Palos, ya que la casa de Luque "estaba desde antes que existiera Costas".
Ahora, el abogado del Estado deberá emitir un informe valorando la situación y decidir si paraliza el desalojo y la posterior demolición de la vivienda de Luque.
El jubilado es positivo y asegura que, con un poco de tiempo, se podrá demostrar que esta situación se debe a un cúmulo de "innumerables errores por parte de Costas".
