El campamento de las fiestas de Carthagineses y Romanos situado junto al estadio Cartagonova puede que sea desplazado a un solar detrás del centro comercial Mandarache. La fecha estimada de traslado e inauguración del nuevo recinto festero sería para 2023, según le propone el Ayuntamiento de Cartagena a la Federación de Tropas y Legiones que hoy somete a votación este traslado en una Asamblea Extraordinaria en el Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy. Los cincuenta presidentes de cada legión y tropa decidirán si se quedan o siguen negociando con el Consistorio el futuro del recinto.

Una votación controvertida en la que los resultados son totalmente imprevisibles, aseguran las diversas fuentes consultadas. El presidente de la Federación, José Antonio Meca, que solo tiene el voto de calidad, baraja ambos resultados: «Puede que la balanza se incline porque necesitemos un nuevo recinto, ya que en las últimas fiestas ya tuvimos problemas de espacio para montar la feria y con el aparcamiento. Si votan que nos quedamos tendrán que incluir el campamento dentro del proyecto del Plan Rambla».

Un polémico debate que ha hecho cuestionar los estatutos de la Federación que recogen que solo los representantes de cada legión tienen derecho a voto en las Asambleas Ordinarias. Debido a la transcendencia de esta decisión y a las quejas de algunos festeros, muchas tropas y legiones, de manera excepcional, están sometiendo esta decisión a votación interna que luego hará llegar cada presidente a la Asamblea Extraordinaria de hoy. Festeros, por sus redes sociales y en declaraciones a La Opinión, piensan que esta votación se les ha estado «ocultado», que no les han hecho llegar el ‘Comunicado sobre el posible campamento nuevo’ y acusan a la Federación de actuar con «oscurantismo y coacción». La Federación, conocedora de este malestar, manifiesta que es el método tradicional empleado que utilizan siempre para tomar todo tipo de decisiones.

La Junta Directiva de la Federación informaba esta semana en un comunicado de todas las ventajas del nuevo recinto ferial de 73.000 metros cuadrados y otras ofertas del Ayuntamiento. En este escrito, dirigido a los presidentes, y al que ha tenido acceso La Opinión, concluyen que «a pesar de que la ubicación actual era la más deseada por todos, entendemos la difícil convivencia con las nuevas edificaciones junto al campamento, así como problemas a la hora de aparcamiento y sonido».

Debido a un mal entendido entre el Ayuntamiento y la Federación, que lleva cinco meses de reuniones para conocer el proyecto del futuro campamento, Alcaldía les ha requerido «con urgencia» la respuesta definitiva el próximo martes 11. Unas prisas interpretadas tomadas como «medidas de presión» para algunos festeros. «Muchos desconocían hasta este fin de semana la intención de trasladar el campamento», afirman. Y añaden que prefieren mantener el anonimato porque sospechan que Tomás Olivo, empresario que está desarrollando el Plan Rambla y dueño de los bloques de edificio en construcción junto al campamento, está influenciando las decisiones del Consistorio.

A corto plazo, desde la Federación afirman que este año habrán fiestas de Carthagineses y Romanos si «Sanidad lo permite». Aun así, están seguros de que podrán programar actos y actividades paralelas que suelen acompañar a las dos cosas más significativas: su desfile y campamento. Estas no saben si las podrán celebrar, ya que es donde más aglomeraciones se pueden producir, pero «si hay campamento este año, estará junto al Cartagonova», aseguran.

La estrategia del cangrejo ermitaño: «No cambiar de concha hasta encontrar una mejor»

73.000 metros cuadrados de recinto es una de las condiciones más tentadoras del nuevo campamento. En cambio, su ubicación, más alejado del centro, es el mayor inconveniente. Lo que tienen claro desde Carthagineses y Romanos es que «el cambio de campamento, en caso de que lo aprobemos, será bajo la estrategia del cangrejo ermitaño. No cambiaremos de concha hasta que no encontremos otra perfectamente adecuada», dice la Federación.