El Ayuntamiento de Cartagena, a través de la concejalía de Servicios Sociales, ha puesto en marcha durante la pandemia atención psicológica a los profesionales de esta concejalía que se han visto sometidos a episodios continuados de estrés y presión en la atención que prestan a la población, derivada de la crisis del coronavirus, y que se han sumado a las más de mil atenciones prestadas a la población en general durante la pandemia, doblando la cifra con respecto al año anterior.

Las psicólogas de la concejalía elaboraron un protocolo interno para que estos profesionales detectaran síntomas relacionados con la crisis, para estudiar su situación y trasladarles fórmulas y estrategias para que ellos mismos diesen respuesta a las situaciones personales y familiares. Entre esas herramientas de corte psicológico que se aportaron a los trabajadores sociales que se han visto sometidos a episodios de estrés, sobrecarga o desbordamiento se encuentra el 'kit de supervivencia' o un dossier de comunicación efectiva, orientados al apoyo en situaciones de tensión y estrés laboral.

Este apoyo psicológico a los profesionales de Servicios Sociales municipales se ha sumado a la atención que la concejalía prestó durante el confinamiento a la población en general para hacer frente a los problemas emocionales y mentales derivados del Covid, y que ha supuesto duplicar la atención ciudadana de este sistema de apoyo psicológico.

En total han sido 1.024 sesiones de apoyo y orientación psicológica prestadas, de las que 479 se realizaron a personas adultas cuya problemática era exclusivamente individual, y 545 se desarrollaron en el marco del Programa de Familia y Convivencia, que atiende a núcleos familiares con menores cuya dificultad se relaciona con indicadores de riesgo. Dentro del Programa de Familia, 78 intervenciones se han realizado con menores y 467 con sus padres, cuidadores o tutores, cifras que no se han visto apenas alteradas por la pandemia, al tratarse de programas de seguimiento que se siguen con familias en riesgo desde hace años.

“Cuidar de los que cuidan. Ha sido necesario hacerlo, con el equipo de psicólogas de la concejalía de Servicios Sociales que ha realizado un trabajo pionero en la atención psicológica de los profesionales de los Servicios Sociales que han tenido que trabajar en condiciones de estrés y presión para ayudar a personas con necesidades. Lo que pone de relieve la magnitud y la dimensión la crisis sanitaria que venimos sufriendo en este último año y la crisis económica derivada de la pandemia que le ha acompañado”, ha dicho la vicealcaldesa y concejal del Área de Bienestar Social y Deportes, Noelia Arroyo, al recibir a la Coordinadora de Servicios Sociales, Beatriz Jurado, y a la psicóloga de la concejalía, Toñi Esteban.

Esteban ha destacado el trabajo realizado en el último año por este equipo de psicólogas, que además de atender a la población en general que ha necesitado ayuda como consecuencia de la crisis sanitaria, “hemos servido de apoyo a los propios compañeros de la concejalía, cuidando al cuidador y sirviendo de ventilador emocional para ellos, porque también han sido vulnerables. Esa escucha activa y sostén de apoyo y aliento, ha resultado una labor muy bonita y un reto para nosotras mismas”.

SE DUPLICA LA ATENCIÓN PSICOLÓGICA

Los especialistas ya alertaron de un posible incremento en los problemas de salud mental por situaciones de angustia y dificultades para gestionar emociones por el confinamiento y la enfermedad, de ahí que se abriera esa asistencia psicológica a la población en general detectándose una mayor incidencia entre las personas más vulnerables.

“Este servicio se ofreció al conjunto de los ciudadanos para dar un apoyo psicológico temprano y, si fuera necesario, derivar a la persona atendida a otros programas o servicios”, ha dicho Noelia Arroyo, que ha recordado que “durante el confinamiento se habilitó un teléfono social único donde se podía pedir ayuda por medio de una escucha activa por parte de las psicólogas municipales, que enseñaron fórmulas y estrategias para que los ciudadanos dieran respuesta a sus situaciones personales y familiares”.

Entre las consecuencias psicológicas de la pandemia y el confinamiento en la población, se registraron dificultades para conciliar el sueño o concentrarse, ansiedad, sensación de tensión que puede derivar en peligro o amenaza, irritabilidad, aislamiento o aumento en el consumo de alcohol o tabaco.