Cartagena no fue solo ciudad de romanos, sino que alberga numerosos yacimientos prehistóricos y hasta un poblado y necrópolis íberas.

Incluso tiene una caverna con pinturas rupestres declarada Patrimonio de la Humanidad en 1998 incluida en el conjunto del arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica de gran valor, ya que es la única muestra conocida de arte esquemático ibérico en la costa murciana. También en 1996 fue reconocida como Bien de Interés Cultural (BIC).

El problema es que todo este patrimonio ha caído en el olvido. Fueron excavados hace más de 20 o 30 años. Se están deteriorando y tampoco se han habilitado para que la ciudadanía pueda disfrutarlos ni aprender de la historia que entrañan.

El poblado íbero de Los Nietos y la cueva de la Higuera, donde se encontraron las pinturas rupestres, pertenecen a particulares y por falta de financiación por parte de las administraciones estos yacimientos son desconocidos para los turistas, ya que en la actualidad no se pueden visitar y, de hecho, carecen de señalización. Están cerrados al público al encontrarse dentro de parcelas privadas.

En cambio, la mayoría de los yacimientos prehistóricos encontrados en abrigos y cuevas se encuentran en suelo municipal, pero también cerrados al público.

Algunos de ellos son la cueva de los Aviones en el Faro de Navidad; la cueva Bermeja, Macho y del Negro en Perín; o la cueva del Caballo en Isla Plana.

A excepción de la cueva Victoria, en El Llano del Beal, que está siendo habilitada para las visitas por el Ayuntamiento de Cartagena desde el pasado 18 de diciembre y estiman que estará lista para principios de febrero. Una cueva que genera debate, ya que algunos expertos lo ven como yacimiento paleontológico, no arqueológico.

Las razones que da el arqueólogo Ricardo Montes, que ha dirigido y colaborado en las excavaciones de la cueva de los Aviones y la cueva Bermeja, entre otras, a que no se visiten estos yacimientos es que ya no hay nada que ver en ellos, porque todos los restos encontrados se llevaron al Museo Arqueológico Municipal de Cartagena.

Además, muchas son de difícil acceso para planificar visitas turísticas, como es el caso de la cueva de los Aviones a la que hay que acceder por mar.

La cueva de los Aviones en el Faro de Navidad no se visita ya que todos los restos fueron llevados al Museo Arqueológico de Cartagena y tiene un difícil acceso./ I. Urquízar

Yacimientos abandonados

El poblado y necrópolis íbera de Los Nietos se encuentra cubierto de basura y barro debido a la DANA, el paso del tiempo y la falta de interés por parte de las administraciones, como lamentan expertos consultados por esta redacción.

Se encuentra vallado en la finca Las Mateas, de titularidad privada. La última excavación fue en el año 1989. Este yacimiento ibérico del siglo V a. C. es de enorme importancia, no solo por los materiales cerámicos y metálicos hallados durante la excavación de su necrópolis, como un lote de cráteras griegas o las más de doscientas sepulturas de incineración, también porque es el único asentamiento ibérico hallado junto a la costa murciana.

La cultura ibérica prefería, por norma general, los lugares elevados que facilitan el encastillamiento. Aunque la mayoría de piezas encontradas fueron trasladadas al Arqueológico, los expertos lamentan que no se haya mantenido abierto el yacimiento para visitas y para seguir investigando en el mismo.

Lote de cráteras griegas expuestas en el Museo Arqueológico Municipal encontradas en el poblado ibérico de Los Nietos.

Igual de abandonadas se encuentran las pinturas rupestres de la cueva de la Higuera o de la cueva de los Cochinos en Cabezo del Horno (Isla Plana). Estas obras de arte se están resquebrajando por la falta de humedad y cuidado.

Salvador Inglés, uno de los cuatro excursionistas que descubrieron casualmente este yacimiento a mediados de los 70, explica a LA OPINIÓN que cada vez se aprecian menos y su menoscabo va en aumento.

El arqueólogo Montes recuerda que estas pinturas hay que humedecerlas para su mantenimiento, pero que es una técnica difícil. Esta cueva está cerrada al público con una reja que imposibilita poder ver las pinturas.

A pesar de no poder visitarla, el consistorio organizó en 2017 y 2018 unas rutas con motivo de la festividad de Santa Bárbara y la Noche de los Museos para recordar este importante patrimonio.

Estas preciadas pinturas del postpaleolítico muestran un antropomorfo con cabeza, miembros superiores y tórax, una figura femenina con falda y piernas, y una cabra con cuernos, como describen los que han tenido la suerte de adentrarse en su interior.