Las obras de mejora del puente de Torreciega de Cartagena arrancarán el próximo miércoles, 20 de enero, y tendrán un plazo de ejecución de tres meses. Durante este periodo de tiempo será necesario realizar un desvío del tráfico, aunque el tránsito de peatones y ciclistas está garantizado. Así, se han establecido dos alternativas para la movilidad de los vehículos; por la avenida Víctor Beltrí o por la autovía A-30, atravesando la carretera del polígono industrial del Cabezo Beaza.

El director general de Carreteras, José Antonio Fernández Lladó, y la concejala de Infraestructuras del Ayuntamiento de Cartagena, María Casajús, dieron a conocer este jueves la nueva ordenación de la circulación que implican estas obras de mejora de la acera del puente y el pavimento del firme de la infraestructura, en la carretera que une Cartagena con San Javier.

«Esta actuación supondrá una mejora de la seguridad y movilidad de los vecinos que transitan por el puente de Torreciega, gracias a la creación de un único itinerario accesible que duplicará su anchura hasta alcanzar los 1,8 metros», explicó el director. Además, indicó, se beneficiarán 5.130 vehículos, de los que 369 son pesados.

La obra incluye la renovación del pavimento de la carretera para mejorar el tráfico rodado, además de la colocación de iluminación LED de alta eficiencia energética y se instalará una bionda entre la acera y la calzada para aumentar las medidas de seguridad de los peatones.

Fernández Lladó recordó que la Comunidad Autónoma realizó también una actuación de refuerzo del firme del resto de la carretera RM-F35 para mejorar la seguridad y la confortabilidad de la vía y garantizar que la conducción sea más cómoda y segura. Asimismo, reparó la barandilla metálica del puente de Torreciega y el sistema de drenaje de la vía regional

Aunque las obras darán comienzo la semana que viene, el Gobierno regional y el Ayuntamiento de Cartagena ya anunciaron esta actuación el pasado mes de agosto y lo pusieron en conocimiento de los representantes vecinales del barrio, que llevaban años solicitando la adecuación del puente. «Los vecinos ganan en seguridad, pero también en accesibilidad, especialmente las personas con discapacidad, mayores y personas con carritos de bebé, que en este momento tienen claras dificultades para transitar por unas aceras que miden ochenta centímetros», destacaba la vicealcaldesa Noelia Arroyo.