Incomunicados y sin poder salir de sus domicilios. Así permanecen los vecinos de Los Roses y La Magdalena, en La Aljorra, cada vez que llueve en la diputación cartagenera.

Los habitantes denuncian que, debido a la acumulación de agua, la tierra que compone los caminos rurales se convierte en un barrizal donde sus vehículos se quedan encallados, convirtiendo cualquier salida cotidiana en una odisea para los habitantes de la zona.

«Cuando los coches quedan atrapados, tenemos que acudir todos los vecinos para hacer fuerza y sacarlo», asegura Varinia Alameda, habitante de una de las zonas afectadas.

Por este motivo, los residentes solicitan a la Comunidad Autónoma que asfalte los caminos de acceso a las viviendas que conectan con el área urbana. «Tenemos niños pequeños y no podemos salir para hacer la compra o llevarles al médico», reclama Alameda.

Al tratarse de una zona alejada de la urbe la única manera que tienen de desplazarse para conseguir víveres o si se encuentran en una situación de emergencia es con sus vehículos particulares puesto que la zona está demasiado lejos como para acceder a pie y los taxis tampoco pueden entrar cuando se producen estas grandes acumulaciones de barro.

En la zona hay doce familias afectadas que están preparando un escrito para enviarlo a la administración regional explicando la problemática que sufren cada vez que llueve y solicitando el asfaltado de estos caminos de inmediato. «No puede ser que cada vez que llueva nos quedemos incomunicados», apunta la vecina.