El buque de investigación oceanográfica Hespérides zarpaba este miércoles en la que será su expedición más dura. Por primera vez en veintiséis campañas a la Antártida, la dotación del barco deberá permanecer aislada sin salir del navío como medida preventiva para evitar que se produzcan contagios por coronavirus durante la expedición.

Según palabras del comandante del Hespérides, Tomás Cordón, "nuestro mayor reto será permanecer seis meses sin salir del barco", que intentarán sobrellevar gracias a la celebración de eventos y actividades deportivas dentro del buque para sortear el estrés. Sin embargo, gran parte de la dotación está conformada por submarinistas, por lo que están acostumbrados a este tipo de situaciones extremas.

La covid-19 también ha provocado que este año ni familiares ni allegados puedan entrar al muelle de la Curra para despedir a sus seres queridos, aunque han contado con la comitiva de los diferentes mandos de las unidades de Cartagena, así como con la banda de música. "Esto lo hace aún más duro", aseguraba con lágrimas en los ojos Ani Mora, madre de uno de los miembros de la tripulación, que ha despedido a su hijo desde lo alto del faro.

El protocolo anticovid ha obligado a la dotación a guardar cuarentena antes de zarpar, por lo que por primera vez han podido pasar la Navidad con sus familias. "No todo va a ser malo", indicaba Claudia Rodríguez, hermana de otro de los tripulantes.

Durante los próximos meses, el buque llevará a cabo trece proyectos científicos. Por la nave pasarán un total de 69 científicos de seis nacionalidades diferentes.

Hasta su regreso a Cartagena el próximo 17 de junio del 2021, el Hespérides recorrerá más de 22.500 millas náuticas, "una distancia equivalente a más de una vuelta al mundo", según apuntó el comandante.