El 2020 no ha sido el mejor año para el pequeño comercio de Cartagena, el coronavirus ha provocado que sean muchos los establecimientos que se han visto obligados a echar la persiana en la ciudad portuaria, mientras que otros pasan el chaparrón como pueden con la esperanza de que el 2021 traiga consigo la recuperación económica de sector. Con la intención de incentivar la compra en las tiendas del municipio, la UCAM de Cartagena y el Ayuntamiento han organizado un concurso de belenes en los escaparates de los pequeños y medianos comercios de la ciudad portuaria, «además de fomentar la creación de belenes y la participación de colectivos y ciudadanos», indican desde la organización. Los mejores escaparates se llevarán tres premios en metálico de 300, 200 y 150 euros respectivamente. Además, la UCAM y el Consistorio otorgarán un premio extra de 300 euros al área comercial de la ciudad que haya contado con mayor participación en el concurso. Desde el 6 de diciembre y durante todas las navidades, los escaparates lucirán engalanados con sus particulares interpretaciones de los belenes. Será el próximo 3 de enero cuando el jurado revele su decisión y anuncie a los tres comercios ganadores a través de las redes sociales de la UCAM, así como en su página web. Esta iniciativa ha tenido una gran acogida entre los comercios de Cartagena, que llevan días preparando sus vitrinas. Antonia Caballero, propietaria de Toni Modas, ha preparado un belén conjunto con su hija, Antonia Ros, gerente de Mi Mamá Me Mima. Se trata de un belén de casi tres metros de largo que atraviesa la gran vitrina del mítico comercio cartagenero y atrae las miradas de los viandantes, que se paran frente al establecimiento a contemplarlo. «A mi madre siempre le ha gustado hacer grandes belenes en casa, es muy aficionada, un año pusimos uno en la tienda y fue todo un éxito, así que cuando vimos el concurso que habían puesto en marcha desde la UCAM y el Ayuntamiento nos animamos», explica Ros. Con esta iniciativa las empresarias textiles esperan atraer clientes a ambos negocios ya que debido a la situación sanitaria «nuestro sector es de los que más afectados se han visto, vender trajes de boda, comunión y bautizo en plena pandemia cuando no se pueden celebrar eventos es muy complicado», confiesa Ros. Aún así, asegura que poco a poco los clientes se están animando y ya están comenzando a trabajar de cara a los eventos del próximo año, aunque son muchas las novias que habían pospuesto sus bodas a la espera de conocer la evolución de la pandemia. Una situación similar a la que atraviesa la empresaria Salomé Vidal, propietaria de la tienda Kinvel, quien asegura que si no fuera por los descuentos que «con mucho esfuerzo» está realizando en su negocio también enfocado a la ropa para eventos, «no vendería nada». Aún así, afirma que «es en estos momentos cuando hay que tratar de animar a los clientes, no nos podemos venir abajo». Por ese motivo asegura estar «encantada» de participar en el concurso. Aunque no todos los pequeños comercios se encuentran en la misma situación. En la tienda de comestibles de La Campesina, no han parado de trabajar en todos estos meses, aunque confiesan que «no ha sido fácil». Ahora, con la intención de alegrar las fiestas a sus clientes más pequeños, Marisa Angosto ha preparado un belén temático con productos de su tienda en el que los Reyes Magos son de chocolate y María y José portan una mascarilla hecha con cáscara de pistacho.