El coronavirus sigue marcando el día a día, incluso en las fechas más señaladas del almanaque. Los mensajes de concienciación y prudencia para evitar aglomeraciones en los cementerios de Cartagena que durante las últimas semanas de octubre han lanzado desde la Concejalía de Sanidad, han hecho mella en los ciudadanos de la ciudad portuaria.

Sin apenas visitantes. Así se encontraban durante la mañana de hoy los dos camposantos cartageneros más relevantes del municipio. En el cementerio de San Antón, dos guardas de seguridad controlaban la entrada y salida de visitantes y vigilaban que todo aquel que pusiera un pie en el recinto se higienizara las manos previamente. Además, una patrulla de la Policía Local custodiaba la explanada central para evitar aglomeraciones. Sin embargo, no fue necesario, ni si quiera en las horas puntas se llegó a "completar el aforo", comentaban los trabajadores del cementerio. Una estampa que dista mucho de la de otros años. "No hay nadie", comentaba Manuela Martínez, "el año pasado a estas horas esto estaba a reventar", añade la vecina.

En el cementerio de Nuestra Señora de Los Remedios la situación era similar, muy pocos usuarios y muy espaciados, esperaban a que los guardas de seguridad les tomaran la temperatura para poder acceder al camposanto y depositar los ramos de flores en las tumbas de sus seres queridos. "Hay menos de la mitad de gente que cualquier año", comentaba Francisco Rojo con su esposa.

Tanto los trabajadores de ambos cementerios, como los propietarios de los puestos de flores aseguran que "los días fuertes fueron tanto el jueves como el viernes", pero que ayer sábado tampoco se acercó "demasiada gente", aunque sí "mas de la que ha venido hoy".

Las recomendaciones de Sanidad en el municipio solicitando a los ciudadanos que espaciasen sus visitas a los camposantos para evitar aglomeraciones, así como el "miedo" de algunos vecinos ante los últimos datos de la evolución de la covid-19 en la ciudad portuaria también han perjudicado a los puestos de venta ambulante. Es el caso de Pedro Lisón, castañero que lleva "más de 25 años" acudiendo cada día de Todos los Santos hasta la explanada del cementerio de San Antón, donde vendía cientos de cartuchos en dos o tres días. "A estas alturas ya no nos quedarían ni boniatos ni castañas", reclama Lisón, "ayer hicimos 37 euros de caja en todo el día, no nos merece la pena", añade. Aunque los puestos de flores tampoco han hecho caja durante esta jornada, si que se muestran "satisfechos" ya que "la venta se ha adelantado una semana este año", apuntan.