Repsol ya ha iniciado en la refinería de Escombreras los trabajos previos a la construcción de la que será la primera planta de biocombustibles avanzados de España, que cuenta con un presupuesto de 188 millones de euros y que generará 700 puestos de trabajo a través de empresas auxiliares de media durante su construcción, aunque en algunos momentos llegará a los mil empleos.

Mediante una rueda de prensa telemática, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, informaba durante la tarde de ayer de los detalles de este «importante proyecto tecnológico para Cartagena».

Se trata de una instalación «pionera» con la que la multinacional da «un paso más» en su objetivo de convertirse en una compañía libre de emisiones de CO2 de cara al año 2050, a través de un proyecto basado en la economía circular y la sostenibilidad.

Esta nueva planta estará dedicada a la elaboración de biocombustible a través de aceites vegetales usados que irá destinado a «aviones, camiones y coches», explicó el consejero delegado de la compañía. «De esta manera resolvemos un problema medioambiental y producimos combustible sostenible», añadió Imaz, quien estuvo acompañado por Juan Antonio Carrillo, director Negocios Industriales y Trading de Repsol, y el director de la refinería en Cartagena, Antonio Maestre. La planta cuenta con una capacidad de producción de 250.000 toneladas al año de diferentes biocombustibles como hidrobiodiésel, biojet, bionafta y biopropano.

Las materias primas recibirán un pretratamiento fuera de Cartagena para convertirlas en aceites vegetales que llegarán al Puerto, donde serán trasladados a través de tuberías de conexión directa entre el muelle y la refinería. Se estima que lleguen a Cartagena un total de 300.000 toneladas de materias primas al año que serán transportadas por diferentes líneas hasta los cuatro nuevos depósitos de almacenamiento de 9.000 metros cúbicos que se habilitarán en las instalaciones en las que ya opera Repsol en la actualidad.

Los tanques estarán conectados con la refinería, hasta donde llegará la materia prima a la nueva unidad de hidrotratamiento.

En estos momentos Repsol ya ha iniciado los trabajos previos a la construcción de la nueva fábrica con el derribo de algunas naves de refinería que llevan casi una década inactivas. De forma paralela al acondicionamiento de las parcelas, se ejecutarán los trabajos necesarios de interconexión de líneas, tanto en la zona del puerto como en el interior de la refinería, para el movimiento de la materia prima y los productos resultantes del proceso. Está previsto que las obras de construcción de la nueva planta finalicen en diciembre del 2022, aunque no será hasta el primer trimestre del 2023 cuando la industria comience a funcionar a pleno rendimiento, generando a partir de ese momento 45 puestos de trabajo directos.

Con la puesta en marcha de la planta de biocombustibles en Escombreras se dejarán de generar 900.000 toneladas de CO2 al año en España, lo que supone un 0,3% del total de emisiones anuales, según indicaron desde la compañía.

El proyecto garantizará «el futuro industrial de la refinería de Cartagena» y da un paso más hacia la descarbonización, un plan que se suma «a los proyectos que ya hemos desplegado en eficiencia energética, generación de electricidad baja en emisiones, hidrógeno renovable, economía circular, combustibles sintéticos y captura, uso y almacenamiento de CO2», entre otros, explicó Jon Imaz.