La asociación cartagenera Zancadas sobre Ruedas ha tenido que adaptar las sillas de ruedas a las nuevas medidas sanitarias para retomar su voluntariado.

Los corredores de esta asociación, que ayudan a personas con discapacidad motriz y visual a practicar deporte, se han visto obligados a cancelar sus entrenamientos unos meses por no contar con material lo suficientemente seguro.

Pero ya han podido retomarlo: «Hemos diseñado, con la ayuda de Antonio Vidal, una adaptación para la silla de ruedas hecha con lexan, que es un plástico flexible e irrompible. Es como una burbuja», dice Ernesto Peña, corredor voluntario.

El invento consiste en una placa de plástico que se interpone entre los dos corredores que transportan la silla de ruedas y la personas que va en ella, que en la asociación denominan el «pasajero». Lo que consiguen con esta semiburbuja es que «el pasajero no recibe efluvios de las personas que van delante y detrás trasportándolo. Es seguro. También llevamos mascarilla y ahora no les llenamos a abrazos como solíamos hacer», matiza Ernesto.

Asimismo, al no poder ser más de seis personas en un grupo, son menos voluntarios en las salidas y han creado pequeñas actividades a la carta «más íntimas», explican, en las que suelen llevar a los pasajeros a espacios naturales.